La intención es clara, seguir conversaciones sobre la crisis política y social que atraviesa Venezuela, como eje central del Grupo de Lima.
11 países latinoamericanos y Canadá, buscan una salida a la grave crisis que atraviesa la nación sudamericana, que se agravó después de que el presidente encargado Juan Guaidó llamara a civiles y militares a levantarse para el «cese definitivo de la usurpación», refiriéndose a la salida de Nicolás Maduro, el pasado 30 de abril.
Tanto el Grupo de Lima (con excepción de México), como otros 50 países apoyan abiertamente a Guaidó como el líder legítimo del país.
Mientras tanto, sus cancilleres se reunieron el pasado 3 de mayo en Lima, desde donde hicieron un llamado al Grupo de Contacto Internacional (GCI), e incluso a países como Cuba, Rusia y Turquía, para que se unan a buscar una solución conjunta a la crisis venezolana y favorecer el proceso de transición democrática.
El pasado lunes representantes del grupo también se reunieron con el Grupo de Contacto en las Naciones Unidas (ONU) y reafirmaron su compromiso por una solución pacífica a la situación.
Ambos grupos apuestan por una mayor coordinación internacional, incluso con otros actores internacionales relevantes como los que todavía apoyan al gobierno en disputa de Nicolás Maduro, para lograr elecciones libres y justas.
El Grupo de Lima, creado en 2017, está formado por representantes de los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay y Perú.