Este jueves la organización Human Rights Watch (HRW) publicó un informe de 700 páginas en el que repasa la situación política, social y económica de todos los países para denunciar las violaciones a los derechos humanos. En el documento, el nombre de Venezuela salió a relucir por el talante autoritario del régimen madurista.
La ONG denuncia que en el segundo año de pandemia muchas dictaduras o líderes con tendencias autocráticas amenazaron, silenciaron o detuvieron a trabajadores sanitarios, periodistas y otras voces críticas a la respuesta de las autoridades a la crisis cuando ésta resultó ser fallida.
Países como Egipto, India, Hungría, México, Nicaragua o Venezuela fueron ejemplos de estas prácticas, mientras que en algunos casos “se usó la pandemia como pretexto para acabar con protestas contra el gobierno mientras se permitían otras a su favor”, como ocurrió en Rusia o en Cuba.
El informe denuncia el jaque de China a los últimos reductos de libertad en Hong Kong, donde el pasado año, tras unas primarias electorales en las que los candidatos cercanos a Beijing fueron derrotados, se tomaron medidas que “hicieron pedazos” el principio de “un país, dos sistemas” por el que el régimen comunista no imperaba en la excolonia.
La imposición de una draconiana Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong “acabó completamente con las libertades políticas y permitió sólo a ‘patriotas’ aliados de Beijing a presentar candidaturas”, denunció Roth en el informe.
HRW lamentó asimismo la negativa de Naciones Unidas a condenar abiertamente a China por sus “crímenes contra la humanidad” contra la minoría musulmana uigur en Xinjiang, aunque celebró gestos como la primera protesta formal contra Beijing sobre estos hechos en el Consejo de Derechos Humanos, presentada por 44 países en su mayoría europeos.
Abusos en sistemas electorales ya antes frágiles se sufrieron en Rusia, donde el líder opositor Alexei Navalni fue condenado a prisión después de sobrevivir a un intento de envenenamiento, o en Nicaragua, donde todos los candidatos rivales de Daniel Ortega fueron detenidos antes de las elecciones de noviembre.
Roth subrayó en el inicio del informe que algunos dictadores “están tan decididos a continuar en el poder que no les importa llevar a sus países a catástrofes humanitarias”, citando en este sentido a los presidentes de Siria, Bachar al Asad, y de Venezuela, Nicolás Maduro.
El primero “ha bombardeado con ayuda rusa hospitales, escuelas, mercados y zonas residenciales”, mientras el segundo “ha llevado a su país a una ruina marcada por hiperinflación, una economía destruida y millones de personas que han salido del país”.
En Estados Unidos se cumple un año de la Administración Biden, que prometió una política exterior guiada por los derechos humanos en contraste con la de Donald Trump, aunque HRW denuncia que Washington “continuó vendiendo armas a Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos o Israel pese a su continuada represión”.
La preocupación de EEUU por un flujo migratorio creciente llevó además a Biden a “tratar con deferencia al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador pese a sus ataques a la prensa, al sistema judicial y su negacionismo respecto a el COVID-19″, lamentó el director ejecutivo de HRW.