El nuevo Gobierno de Panamá ya inició los «contactos diplomáticos» y «estudios a través de organismos internacionales» para concretar sus planes de «cerrar» el paso fronterizo de la selva del Darién.
Dicha medida, fue una de las principales promesas de campaña del recién gobernante electo, José Raúl Mulino.
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El ministro designado de Seguridad Pública, Frank Ábrego, quien está a cargo de este reto, ha confirmado que se han comenzado los estudios y los contactos internacionales necesarios para implementar esta iniciativa, reseñó La Prensa de Lara en su sitio web.
Ábrego, exdirector del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), designado por Mulino como encargado de Seguridad Pública, posee experiencia en enfrentar desafíos en la región fronteriza.
El ministro subrayó que cerrar la frontera del Darién no será una tarea fácil, considerando sus 260 kilómetros de selva, pero manifestó su confianza en que es posible lograrlo.
Frente a las inquietudes sobre el respeto a los derechos humanos en el proceso de repatriación masiva anunciado, Ábrego aseguró que Panamá ha sido históricamente un defensor de estos derechos.
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En la actualidad, los migrantes irregulares reciben asistencia en puestos fronterizos donde se les suministra alimentos, atención médica y se registran sus datos biométricos.
El flujo de migrantes irregulares que han cruzado el Darién ha sido considerable, con más de 153,003 llegadas registradas en lo que va del año y más de 520,000 el año pasado, lo que pone de manifiesto la gravedad de la crisis humanitaria.