Rescatistas y voluntarios buscaban este jueves desesperadamente a los desaparecidos bajo la lama causada por las lluvias torrenciales que ya dejaron al menos 110 muertos en la ciudad brasileña de Petrópolis, mientras el tiempo se agota y hay riesgo de nuevos deslizamientos y precipitaciones.
Los vecinos seguían rebuscando entre el lodo a los desaparecidos por los ríos correntosos que el martes arrastraron todo al pasar y dejaron un reguero de destrucción en esa antigua ciudad imperial en una zona serrana al norte de Rio de Janeiro que registra sus peores lluvias en 90 años.
En Alto da Serra, uno de los barrios más afectados por el furioso temporal, la actividad era frenética.
«Desgraciadamente va a ser difícil encontrar a alguien con vida. Como está todo, es prácticamente imposible, pero por lo menos (hay que) entregar los cuerpos para que la familia pueda enterrarlos y hallar sosiego», explicó a la AFP Luciano Gonçalves, un voluntario de 26 años, cubierto de barro, mientras con una pala y una azada en las manos rebuscaba entre la lama.
Otro vecino, Anderson Mota Barreiros, de 37 años, escarbaba apresuradamente en busca de su hermana, entre lamentos por la falta de ayuda.
Según las autoridades, unos 500 bomberos, con la ayuda de cientos de voluntarios, perros, máquinas excavadoras, camiones, botes y una decena de aeronaves se emplean en las tareas de rescate.
Otros que perdieron a sus familiares en los casi 300 deslizamientos permanecían sentados delante de sus casas con la mirada perdida entre tanta destrucción.
– Cifras de desaparecidos
Por ahora hay 110 muertos confirmados y 24 rescatados, mientras que las cifras de desaparecidos bajo la lama son confusas, debido a los pocos cuerpos identificados, que por ahora es de 33.
La Policía Civil afirma que hasta este jueves hubo «134 registros de desaparición». El Ministerio Público dijo a la AFP que en su servicio de localización de personas siguen registrados 35.
Hasta ahora, unas 700 personas desplazadas fueron trasladas a refugios improvisados, la gran mayoría en escuelas públicas.
Tras su viaje a Rusia y Hungría, el presidente Jair Bolsonaro visitará el viernes por la mañana la zona afectada de esta ciudad turística, donde los familiares ya están empezando a enterrar a sus muertos.
– «Más lluvias fuertes»
La situación amenaza con empeorar en las próximas horas.
El gobierno brasileño alertó el miércoles de un riesgo «muy alto» de nuevos deslizamientos de tierra en esa zona, debido a la previsión de más lluvias para los próximos días que podrán causar nuevas «inundaciones».
Defensa Civil advirtió también el jueves de que «hay previsión de lluvias fuertes para la tarde y la noche», lo que puede complicar todavía más las tareas de rescate.
Según los expertos, la tragedia es consecuencia de una combinación de factores, entre estos una lluvia en seis horas superior a la media histórica de todo febrero, la topografía de la región y la existencia de grandes barriadas de casas precarias, muchas de ellas construidas de manera ilegal, en las escarpadas zonas de riesgo.
– Un azote para los pobres –
El gobernador de Rio de Janeiro, Claudio Castro, dijo que «la peor lluvia desde 1932» unió una «tragedia histórica» y «un déficit que realmente existe» en infraestructura y vivienda.
Para Estael Sias, meteoróloga de la agencia Metsul, los platos rotos de esta combinación de desastres climáticos y urbanismo sin control los pagan los más pobres.
«Los que terminan teniendo que vivir en estas regiones de riesgo son los más vulnerables, los que están más expuestos a este tipo de situaciones. Y eso sin contar que estamos viviendo una crisis económica producto de la pandemia que lo empeoró todo, porque la cantidad de personas que salieron de áreas que no estaban en riesgo para instalarse en áreas de riesgo sin duda aumentó», explicó.
Brasil ha vivido en los tres últimos meses episodios de intensas lluvias, especialmente en los estados de Bahia (nordeste) y de Minas Gerais (sudeste), que han dejado decenas de muertos y causado destrozos en centenares de municipios.
Los científicos sostienen que, debido al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más recurrentes.
En enero de 2011 más de 900 personas murieron en la región serrana del estado de Rio por las fuertes lluvias que causaron fuertes destrozos en varias ciudades, entre ellas Petrópolis.
AFP.