Israelíes y palestinos lloraron a sus muertos en funerales celebrados este miércoles, entre ellos varios adolescentes que perdieron la vida en una nueva espiral de violencia en la Cisjordania ocupada.
En el último episodio de esta enésima ola de violencia, cuatro israelíes murieron el martes por disparos palestinos cerca de la colonia judía de Eli, entre Ramala y Naplusa, en Cisjordania, según el ejército israelí.
Los dos atacantes murieron a su vez por disparos, uno en el lugar del ataque y el otro después de huir.
El ataque tuvo lugar un día después de violentos enfrentamientos durante una incursión del ejército israelí en el campamento de refugiados del norte de Yenín, donde los soldados encontraron una fuerte resistencia.
El ministerio de Salud palestino anunció el miércoles que una adolescente de 15 años, herida el lunes, había sucumbido a sus heridas, lo que eleva a siete el número de palestinos muertos durante esta redada, incluido un combatiente de la Yihad Islámica.
La adolescente fue enterrado este miércoles en Yenín.
Del lado israelí, casi a la misma hora, tuvo lugar el funeral de un adolescente de 17 años, que murió durante el ataque del martes, en la colonia de Shilo (norte).
Un hombre de unos 60 años, que también murió el martes, fue enterrado en Eli. Las otras dos víctimas fueron enterradas el martes por la noche.
El ataque en Eli, calificado de «impactante y repugnante» por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también dejó cuatro heridos, uno de los cuales se encuentra en estado grave pero estable, según el hospital Shaarei Tzedek en Jerusalén.
En Balata, un campamento de refugiados palestinos junto a Naplusa, dos jóvenes de 17 y 18 años murieron por una explosión el martes, según fuentes locales.
Las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, un grupo armado vinculado a Fatah, el movimiento del presidente palestino Mahmud Abas, los calificaron de «héroes» que murieron cuando preparaban un artefacto explosivo para luchar «contra la ocupación israelí».
– Destrucción de viviendas –
Después del ataque en Eli, el ejército anunció el miércoles el arresto de «tres personas buscadas (…) con miras a su interrogatorio», durante una operación en la aldea palestina de Urif, de donde provenían los dos atacantes muertos.
Según el ejército, los soldados también están tratando de elaborar los planos de las viviendas de los dos hombres para destruirlas.
Israel suele destruir las viviendas de los palestinos acusados de llevar a cabo ataques contra israelíes. El gobierno defiende el efecto disuasorio de esta política pero sus críticos denuncian un castigo colectivo que afecta a las familias, que se quedan en la calle.
En Huwara, cerca de Naplusa, un centenar de colonos judíos atacaron el martes a los residentes e incendiaron tierras agrícolas, según el alcalde de esta ciudad palestina y un residente contactado por AFP por teléfono.
El ataque se parece a la expedición de represalia llevada a cabo en febrero después de un ataque palestino, que se había cobrado la vida de dos israelíes en la misma zona.
Un periodista de la AFP vio olivares en llamas en el lugar. Varias docenas de personas resultaron heridas, según la Media Luna Roja Palestina.
También hubo ataques de colonos en Al-Lubban al-Sharqiya, cerca de Eli, y en Beit Furik (norte).
El norte de Cisjordania es el escenario de violencia recurrente. Las incursiones militares israelíes suelen degenerar en enfrentamientos mortales con los habitantes palestinos.
Estados Unidos condenó el «ataque terrorista contra israelíes cerca de Eli» y dijo que estaba «preocupado por la continuación de la violencia en Israel y en Cisjordania en las últimas semanas».
Desde principios de año, al menos 170 palestinos, 25 israelíes, un ucraniano y un italiano han muerto en actos de violencia relacionados con el conflicto israelo-palestino, según un recuento de la AFP compilado a partir de fuentes oficiales israelíes y palestinas.
AFP