La carga de la deuda en los países de bajos ingresos aumentó a un récord de 860.000 millones de dólares en 2020, lo que llevó al presidente del Banco Mundial, David Malpass, a pedir el lunes un «plan integral» para abordar el problema.
Los esfuerzos para combatir el covid-19 exacerbaron los niveles de endeudamiento ya en aumento y será necesario un alivio de la deuda, dijo Malpass.
«Los niveles de deuda sostenibles son vitales para la recuperación económica y la reducción de la pobreza», señaló.
La situación es urgente ya que la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI), lanzada por el Grupo de los 20 industrializados (G20) a principios del año pasado y que permite a los países diferir los pagos de la deuda mientras se enfrentan a la pandemia, expira a fines de año.
«Necesitamos un plan integral del problema de la deuda, incluida la reducción de la deuda, una reestructuración más rápida y una mayor transparencia», dijo Malpass.
Los datos del Banco Mundial publicados el lunes mostraron que el deterioro de los indicadores de deuda fue generalizado y afectó a los países de todas las regiones, en todos los países de ingresos bajos y medios.
«Muchos países en desarrollo comenzaron el 2020 en una posición vulnerable, con la deuda externa pública ya en niveles elevados», indicó el informe, y luego los gobiernos proporcionaron recursos sin precedentes para tratar de contener el virus y las consecuencias económicas.
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) también han aumentado el apoyo, especialmente a los países más vulnerables.
En 2020, los flujos netos de acreedores multilaterales a países de ingresos bajos y medianos aumentaron a 117.000 millones de dólares, «el nivel más alto en una década», según el informe.
«El riesgo ahora es que demasiados países saldrán de la crisis de covid-19 con un gran sobreendeudamiento que podría llevar años gestionar», dijo Malpass en el informe.
AFP