Aunque el régimen quiera tapar el sol con un dedo, la realidad es otra. Más del 60% de la población estudiantil no ha ocupado las aulas de clases.
El ministro de Educación del régimen, Aristóbulo Istúriz, continúa haciendo un llamado para que los siete millones de alumnos de primaria y secundaria se reintegren al nuevo años escolar.
Otros que también han sido tocados por la crisis son los maestros y profesores universitarios. Entre un 30% a 40% han abandonado las aulas, muchos se han ido del país buscando mejores condiciones de vida.
Este año, lo que tradicionalmente movilizaba a toda Venezuela, al comercio, las familias, entre otros, hoy luce un panorama un poco «gris» con una reducción significativa de la población estudiantil que hoy se estima se ha reducido a 3 millones de niños, menos de la mitad, por causa de la falta de alimentos, medicinas, la caída de los ingresos y la hiperinflación.
Lo que parece algo tan sencillo como el efectivo, transporte y comida, se han convertido en una tragedia para las madres venezolanas. La falta de estos tres elementos vitales para el desarrollo del día a día, imposibilita el regreso a clases de muchos niños. Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población entre 5 y 6 casos de estudiantes desmayados por hambre, se registran a diario en el país. Cuatro de cada 10 niños y adolescentes entre 3 y 17 años dejan de asistir a clases.
«Hoy le señalamos al Ministerio Público que el 87% de los planteles en el país no tienen acceso al sistema de alimentación escolar, lo que propicia la deserción escolar y la inasistencia por parte de quienes representan el futuro de Venezuela», explicó Javier Tarazona, director de la ONG Fundación Redes en una entrevista.
Según REDES en un trabajo de campos que incluye 1500 escuelas del país, la deserción escolar alcanza en Caracas el 58 %, mientras que en la provincia se eleva al 80 %.