Este jueves, la presidente de la Asamblea Nacional legítima, Dinorah Figuera, se pronunció tras el allanamiento de su casa en Venezuela por parte del Dgcim, cuerpo seguridad del régimen de Nicolás Maduro.
«En principio con mucha fuerza espiritual y moral estoy en EsTOS momentos»
Asimismo, denunció que le fue confiscada su hogar, le cambiaron la cerraduras y aseguró que sus vecinos fueron advertidos.
«Hemos sida víctima sistemáticamente y de manera selectiva de esta atrocidad (…) Mi familia puesta en expectativa porque me han confiscado el patrimonio para mi hija (…) Y que tanto la vicepresidenta amedrentaron a los vecinos, que si seguían ahí los iban a llevar al Sebin de Plaza Venezuela», mencionó.
Con ello, indicó que «más allá de toda esta situación personal», la diputada lo vive «como venezolana, como los maestros y sindicalistas perseguidos o los presos torturados». «Todos hemos ido víctimas de este régimen», acotó.
«Pusieron nuevas cerraduras, estuvieron dentro de mi casa y un precinto a mis vecinos, de que eso ya no me pertenecía»
Figuera destacó que el fiscal del régimen, Tareck William Saab, «tiene un propósito personal» en su contra, por ser vocera del concejal Fernando Albán.
«La dictaduras no son eternas, aquí va a ver justicia tarde o temprano, más temprano que tarde, que esto es un escenario más adicional, que podemos ejercer en contra de la dictadura de Nicolás maduro», resaltó.
Tomando esto en cuenta, señaló que son más de siete millones de venezolanos en el exterior que deben organizarse y estar unidos «para avanzar y defender una Venezuela que está ante una emergencia humanitaria».
«Vamos a transitar el camino de las elecciones pero necesitamos fortalecer la Plataforma Unitaria para organizarnos nacional e internacionalmente para un propósito de recuperar los países que nos estuvieron reconociendo», detalló.
«hoy RECIBÍ la llamada de todos los partidos políticos de la unidad»
Respecto a la ley de la ONG, subrayó que es muy preocupante porque cuando un «legislador hace una ley es para ordenar la casa ordenar, el país».
«Esto es una ley de camisa de fuerza para que la ONG no cumpla con sus misiones (….) son más restricciones que garantías para que puedan ejercer libremente las ONG», apuntó.
A su juicio, «en materia de DDHH es el mayor miedo del régimen, porque las ONG han trabajad sorbe unos expedienten tangibles de violación de DDHH».
Por último, Figuera puntualizó que lo que está sucediendo es una «guerra sistemática para todo aquel que piensa diferente».