Este lunes, los dos ex presos políticos Nixon Leal y Lennard García, narraron durante La Entrevista sus historias tras ser torturados por la dictadura de Nicolás Maduro y cómo, a pesar de lo vivido, sienten que todavía el deben la libertad a Venezuela.
Además de esto, ambos venezolanos hicieron un llamado al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, para no abandonar la justicia en el caso venezolano que a registra más de ocho mil víctimas en su Sala Preliminar.
Encapuchados, desnudos… A punto de la agresión sexual
Nixon Leal contó que pasó entre 2014 y 2017 entre las calles, el Sebin y el Dgcim. Primero lo encapucharon, le esposaron en la espalda y lo llevaron a una casa clandestina, donde escuchó voces de venezolanos y de un cubano, quien le dijo a los otros que si Leal no hablaba, se le «aplicaría más dolor».
«En el 2017 cuando me llevaron a Boleíta, cuando iniciaron el proceso de tortura, escuché a alguien con un acento distinto, era un cubano que decía de alguna u otra forma que fuera más incisivo, si era necesario aplicar más dolor que lo hicieran»
Cuando llegas al lugar, precisó el joven, «lo primero que oyes son radios y voces (…) Lo primero que hacen es golpearte acompañado de amenazas contra tu familia, asesinar a tu mamá o a tu papá y violar a tus hijos, si los tienes, enfrente de ti».
Fue en esa «casa», donde empezó su martirio, golpeado a «puño limpio» desnudo, luego amarrado a una silla mientras recibía amenazas, hasta siendo colgado y halado sus testículos.
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«Revivir la tortura es bastante difícil y es una marca que no se borra de tu memoria, pero si pudiera buscar algún responsable, puedo decir que los responsables incluso salieron hace poco en un programa de Diosdado Cabello», sentenció Leal mientras mencionaba al teniente Méndez, Capitán Sosa y teniente Rodríguez.
A Leal le ordenaron grabar un video leyendo un papel, en el que afirmaba ser terrorista y culpaba a dos políticos. Él se negó y le aplicaron «más dolor».
«A ellos no les importaba eso de que en la cara no para que no se note»
Asimismo, agradeció que no le dieron descargas eléctricas mientras estuvo cautivo; sin embargo «igual me colgaron del techo como si yo fuese un animal (…) Me halaron de los testículos (…) No sé cómo las personas que hacen eso pueden dormir tranquilas».
TRES NIVELES: Golpes, cuarto frío y violación
Respecto al caso de Lennard García, fue detenido en la cárcel de Santa Ana, estado Táchira. Detalló que sus cargos apuntados fueron por «sustracción de efectos pertenecientes a las Fuerzas Armadas, violación de perímetros de seguridad, delito contra la nación y otros siete u ocho».
En este sentido, expuso que divide las torturas en tres niveles; no solo por lo que vivió, sino por lo que vio. Añadió que el comisionario del Dgcim, Nagel Rondón, fue uno de sus torturadores.
«En la primera fase está el golpe físico, tapar mis ojos con capucha y golpes. La segunda fue en un cuarto frio, me desnudaron completamente, me tiraron en un cuarto completamente frio acondicionado, donde esposado y sin ropa, me tiraron agua con hielo y heces humana (…) La tercera fase, que es cuando a incluye la violencia sexual y pueden ir a dañarte una persona que no quiere soportar más eso y quiere suicidarse», comentó.
García agradece que no le tocó pasar por ese último nivel, más allá del susto.
«En mi caso, particularmente, esas personas no llegaron hasta ese nivel, no pasó mas allá del susto, resistimos con valentía, con fuerza, nos levantamos de ese momento (…) Pero hay que decírselo al mundo, para que este proceso que se está llevando en la CPI no decaiga y que lo llevemos adelante , para que ocurra justicia», dijo.
Entre sus declaraciones, hizo hincapié en que habían casos muy parecidos, como casos muy diferentes de los presos políticos. También, que aunque en su caso no habían, en el estado Barinas sí habían registros de colombianos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
LA PETICIÓN A LA CPI
En conversación con Miguel Ángel Rodríguez, tanto Leal como García instaron al fiscal de la CPI a no abandonar el caso venezolano.
No obstante, Leal cuestionó el acercamiento que ha tenido Leal con Maduro y no con las víctimas, mientras que García expresó su tristeza por el entendimiento con el régimen venezolano.
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«No hay una tarea más difícil para un activista de derechos humanos que documentar su propio caso y es nuestro caso. A nosotros como activista de derechos humanos nos ha tocado evidenciar nuestro caso por supuesto (…) Con respecto a lo que esta sucediendo con el fiscal, vemos con un poco de tristeza que haya un entendimiento tan cercano con Maduro y no lo haya con las víctimas, nos hemos sentido un poco desprotegidos y tristes, porque ciertamente la CPI representa, para nosotros, la vía de justicia», manifestó García.
Por su parte, Leal sostuvo que «el fiscal está haciendo un buen trabajo al haber tomado la decisión de primero la oficina en Caracas, Venezuela, para que de alguna u otra forma llevar adelante lo que es la investigación de la narco dictadura de Maduro. Pero también es cierto, el fiscal debería tener más de solvencia moral y bien cuanto antes, recibir a las victimas y sobre todo ponerla la lupa a los centros de torturas que no dejan de operar».
Tanto García como Leal salieron hace dos años de Venezuela.