El plan piloto «Pico y Placa» iniciará este lunes 14 de septiembre en los municipios Iribarren y Palavecino, así fue anunciado por la gobernación del estado Lara, esto con con el objetivo de «minimizar las extensas colas que se registran en las estaciones de servicio», además, son consideradas como un «latente epicentro para la propagación del coronavirus», así fue reseñado por el diario La Prensa de Lara.
Las autoridades decidieron dividir los vehículos en tres grupos, según el terminal de placa de cada uno y pueden surtir los días lunes, miércoles y viernes.
El nuevo secretario del gobierno de Lara, Adolfo Pereira, dio a conocer estos detalles y reiteró que este proceso comenzará de forma rotativa para «garantizar que todos los usuarios puedan despachar combustible».
Éste es el nuevo esquema de combustible que funcionará desde este lunes:
Grupo 1 (placas del 1 al 3): Lunes.
Grupo 2 (placas del 4 al 6): Miércoles.
Grupo 3 (placas del 7 al 0): Viernes.
Pereira explicó que a partir de este lunes, entre cinco y seis estaciones de servicio serán habilitadas en Iribarren para atender al primer grupo de vehículos, sin embargo, de llegar a presentar algún retraso en el despacho del combustible en las bombas, los conductores podrán ir día martes a surtir gasolina.
«En el día de ayer se presentaron retardos en el despacho del combustible, recuerden que ahorita nos estamos surtiendo de la fuente de la Refinería de El Palito, tanto diesel como gasolina, y por tal motivo la logística es bastante distante y apretada», dijo Pereira.
Nuevo plan para la gasolina
En las dos páginas que la dictadura divulgó lo menos que explica es el “nuevo plan”. Palabras más, palabras menos, el comunicado solo es una queja más por las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos para tratar de justificar la crisis que se ha apoderado de todo el país por la escasez de combustible.
La realidad de Venezuela es que no hay producción de gasolina, ya que las refinerías del país están completamente paralizadas. Sólo la Refinería El Palito, en el estado Carabobo, en once ocasiones la dictadura ha intentado reactivar sus operaciones pero ha sido infructuoso, por – según trabajadores de la industria petrolera- las pésimas condiciones en las que se encuentra todas las instalaciones manejadas por la estatal petrolera.