En sus primeras 24 horas como presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una batería de decretos y cartas que buscan revertir, lo más pronto posible, varias de las medidas que fueron implementadas por la administración de su antecesor, el ex presidente Donald Trump.
Así las cosas, Biden acabó, de un plumazo, con la orden ejecutiva que impedía la entrada, a suelo estadounidense, de viajeros procedentes de naciones de mayoría islámica. Además, detuvo, de forma inmediata, la edificación de un muro divisorio entre su país y México.
El demócrata también revocó la construcción del oleoducto Keystone XL, una mega tubería de casi 2.000 kilómetros, que transportaría 830.000 barriles diarios de petróleo, desde la provincia de Alberta, en Canadá, hasta las refinerías que se encuentran en el estado de Texas, al sur de Estados Unidos.
El proyecto, que es adelantado por la empresa TC Energy y que tiene un costo estimado de 8.000 millones de dólares, se convirtió en el foco de preocupación de ambientalistas, grupos indígenas y ganaderos.
Esas personas aseguran que el Keystone XL supone un riesgo ecológico. De manera adicional, indican que su construcción implica una explotación de tierras privadas, sin la debida compensación.
En otro tanto, Joe Biden refrendó una carta en la que reitera el compromiso de su país con el Acuerdo de París Contra el Cambio Climático. La misiva da marcha atrás a la denuncia del tratado, por parte del Ejecutivo que encabezó Donald Trump.
Biden también firmó un documento con el que Estados Unidos se retracta de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su predecesor había tomado esa decisión a mediados de 2020, con el argumento de que la agencia se encontraba controlada por China y que no hacía lo suficiente para controlar la pandemia de la Covid-19.
Con respecto a la enfermedad, el nuevo mandatario nombró a Jeffrey Zients, un empresario que fue asesor económico del ex presidente Barack Obama, como el zar de Estados Unidos en la lucha contra el coronavirus.
Desde ese puesto, Zients, a quien se le reconoce por resolver complejos problemas organizacionales, tendrá que centralizar los recursos para crear un programa nacional de pruebas para la detección del SARS-CoV-2. Del mismo modo, estará en la obligación de corregir las brechas en la cadena de suministros médicos y, adicionalmente, deberá diseñar, implementar y controlar el dispositivo para la distribución de vacunas.
Además de designar a un responsable que dirija el plan de respuesta federal ante el virus chino, Joe Biden instruyó el uso obligatorio de mascarillas dentro de edificios o sedes gubernamentales, así como una moratoria para evitar el desalojo de inquilinos que no puedan cancelar la renta de sus inmuebles.
A esa medida se sumó otra asumida este jueves. La disposición implica el empleo del tapabocas dentro de aeropuertos, aviones comerciales, embarcaciones que funcionen como transporte público, autobuses interurbanos y trenes.
También este 21 de enero, el presidente ordenó el cumplimiento de una cuarentena obligatoria, por parte de aquellos pasajeros que lleguen a la Unión Americana. Para ser admitidas en el territorio del país, esas personas tendrán que presentar sus documentos en regla, seguidos de una prueba PCR negativa, que ha de ser realizada poco antes de emprender el viaje.