La primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, rindió homenaje a la Reina Isabel II este viernes en el Parlamento, y la describió como “una de las líderes más grandes que el mundo haya conocido” y “la mayor diplomática” del Reino Unido.
“Sus palabras de sabiduría nos han dado fuerza en los momentos más duros”, subrayó la nueva jefa de gobierno, nombrada por Isabel II el martes, totalmente vestida de negro, antes de reunirse por primera vez con el nuevo Rey Carlos III en Londres.
En una sesión especial que se extenderá hasta las 10 de la noche, la flamante mandataria recordó a la monarca fallecida este jueves y destacó sus virtudes luego de que todos los parlamentarios guardaran un minuto de silencio.
Habrá otra sesión el sábado cuando los políticos de alto rango presten juramento de lealtad al rey a partir de las 14:00 local y las condolencias continuarán nuevamente hasta las 22:00.
“Hemos sido testigos de la más sincera efusión de dolor”, recalcó Truss; quien indicó que “se han reunido multitudes, se han bajado banderas a media asta, se han enviado tributos desde todos los continentes del mundo. Con la muerte de su padre, el rey Jorge VI, Winston Churchill dijo que la noticia había calmado el alboroto y el tráfico de la vida del siglo XX en muchos países. Ahora, 70 años después, en el tumulto del siglo XXI, la vida se ha detenido nuevamente. Su difunta majestad la Reina Isabel II fue uno de los líderes más grandes que el mundo haya conocido”, resaltó.
Respeto al flamante Rey Carlos III, la primera ministra expresó: “Todos nosotros en esta Cámara lo apoyaremos mientras lleva a nuestro país hacia una nueva era de esperanza y progreso. La Corona perdura, nuestra nación perdura y‚ en ese espíritu, digo: ‘Dios salve al rey’”.
Por su parte, el presidente de la Cámara de los Comunes, Sir Lindsay Hoyle, dijo de Isabel II: “Durante su reinado, ha visto un cambio social, cultural y tecnológico sin precedentes. A través de todo, ella ha sido la más concienzuda y obediente de los monarcas. Pero si bien comprendió la naturaleza ineludible del deber, que a veces debe haber pesado sobre ella, también se deleitaba en cumplirlo, porque era la monarca más devota”.
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