La histórica cumbre de este martes 12 de junio en Singapur tiene desafíos muy claros según algunos analistas internacionales. El encuentro entre Donald Trump y Kin Jong Un será una ocasión “sin precedentes” para avanzar en el tema de la paz, pero también para tratar temas delicados que mantienen en suspenso al mundo entero.
El tema de la desnuclearización será el punto principal para el Presidente Donald Trump, quien este domingo arribó a Singapur. Washington exige una «desnuclearización completa, verificable e irreversible» de Corea del Norte. Según palabras de Trump: «Deben desnuclearizar. Si no desnuclearizan, no será aceptable».
Según algunas estimaciones Corea del Norte dispone de 50 kg de plutonio, lo suficiente, para fabricar una decena de bombas. Además de una capacidad «considerable» para producir armas con uranio, lo que mantiene en vilo a la diplomacia mundial.
Otro punto que se llevará a la mesa por parte del presidente estadounidense será la normalización de las relaciones diplomáticas entre los enemigos, e incluso una invitación al líder norcoreano a la Casa Blanca.
«Quizás podamos comenzar por la Casa Blanca, ¿qué le parece?», dijo Trump a la prensa cuándo se le preguntó si Kim sería invitado a Washington o a su propiedad de Mar-a-Lago en Florida.
Otro tema a tratar sería el fin de las sanciones de la ONU contra Pyongyang. Pero allí también hay un abismo, Washington dice que sólo podrían levantarse si la desnuclearización es completa. Pyongyang quiere que se levante progresivamente en función de los avances hacia ese objetivo.
La administración Trump ha prometido no pedir un cambio de régimen, y el secretario de Estado Mike Pompeo evocó incluso la eventualidad de ofrecer garantías de seguridad al Norte.
Pero los escépticos se preguntan por qué Kim confiaría en Trump dada su tendencia a retirarse de algunos acuerdos, como el del programa nuclear de Irán y más recientemente el de la Cumbre del G7.