El grupo de 50 migrantes enviados a la exclusiva isla de Martha’s Vineyard en el noreste de Estados Unidos, en el marco de una batalla política sobre la inmigración, serán recibidos temporalmente en una base militar cercana, anunció el gobernador de Massachusetts.
Los migrantes, en su mayoría venezolanos y entre los que hay niños, llegaron el miércoles a Martha’s Vineyard, un bastión demócrata y mítico lugar de vacaciones para la élite política del país. Habían sido trasladados en aviones desde Texas pero en vuelos que el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, dijo haber organizado.
A pesar de la movilización local para ayudar a los recién llegados, la isla «no está equipada para proporcionar un alojamiento permanente y funcionarios estatales han puesto en marcha un plan para una respuesta humanitaria integral», señala un comunicado de la oficina del gobernador de Massachusetts, Charlie Baker.
El viernes, las autoridades ofrecieron enviar a estos migrantes «a un nuevo refugio temporal» en la Base Conjunta de Cape Cod. «Las familias no serán separadas», anunció el comunicado, que señaló que esta base había servido anteriormente como refugio de emergencia y que tendrían acceso a atención médica y servicios legales.
Antes de ser trasladados a Cape Cod, algunos migrantes dijeron no saber que serían enviados a una isla.
– «Trata de personas» –
El demócrata Julian Cyr, senador estatal de Massachusetts, pidió una investigación.
«Se ajuste o no a la definición legal de la trata de personas, se ajusta a la definición moral de la trata de personas. Y creo que realmente debemos analizar eso. Espero que el Departamento de Justicia esté investigando este problema», dijo Cyr a la televisión local.
El traslado de inmigrantes a bastiones demócratas de todo el país se ha convertido en un arma política para muchos en la derecha estadounidense, que aprovechan a denunciar la política del presidente Joe Biden, a quien acusan de haber convertido la frontera con México en un colador, e intentan poner al tema migratorio en el centro del debate previo a las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre.
El jueves, dos autobuses con migrantes llegaron a Washington cerca de la residencia de la vicepresidenta Kamala Harris, a quien Biden le encomendó encargarse del explosivo tema migratorio.
Fueron enviados por el gobernador republicano Greg Abbott, en campaña por su reelección en Texas, un estado sureño muy afectado por la ola de inmigración ilegal proveniente de países centroamericanos.
La Casa Blanca volvió a criticar este viernes estos métodos, denunciando una «puesta en escena política premeditada y cruel».
«Son niños. Son mamás. Huían del comunismo. ¿Y qué les hicieron los gobernadores DeSantis y Abbott? Los usaron como peones, tratándolos como ganado», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
«Este es el tipo de tácticas que vemos en los contrabandistas en lugares como México y Guatemala. ¿Y para qué? ¿Una sesión de fotos?», inquirió.
Ron DeSantis ironizó sobre el traslado. «Por cierto, ya los hicieron salir (de la isla) en autobús (…). Dijeron ‘queremos a todos, nadie es ilegal’ y (los migrantes) se fueron en 48 horas de Martha’s Vineyard», lanzó.
AFP.