El director ejecutivo de la empresa estadounidense de biotecnología Moderna declaró que un refuerzo específico para la variante Ómicron podría estar listo en agosto, pero que la empresa aún está reuniendo datos clínicos para determinar si esa vacuna ofrecería una mejor protección que una nueva dosis de la vacuna ya existente.
El mes pasado, Moderna inició los ensayos clínicos de una dosis de refuerzo diseñada específicamente para combatir Ómicron, pero los resultados iniciales de los estudios realizados en monos muestran que la inyección específica contra esta variante podría no ofrecer una protección superior a la de una nueva dosis de la vacuna existente.
El director ejecutivo de Moderna, Stéphane Bancel, dijo en una entrevista a Reuters que la empresa pretendía tener un refuerzo listo para agosto de 2022, antes del próximo otoño, cuando, según él, más personas vulnerables podrían necesitarlo.
Las vacunas de Moderna utilizan tecnología de ARNm o ARN mensajero para provocar una respuesta inmunitaria, de manera similar a la inyección desarrollada por Pfizer/BioNTech.
“Creemos que será necesario un refuerzo. Todavía no sé si será la vacuna existente, solo Ómicron, o válida para las dos: Ómicron y la vacuna existente, dos ARNm en una dosis”. Dijo que se tomaría una decisión en los próximos meses, cuando se disponga de datos clínicos.
Bancel también confirmó que, en el mejor de los casos, Moderna tendría lista para agosto de 2023 una vacuna de tipo integral que protegería simultáneamente contra la COVID-19, la gripe y otras enfermedades respiratorias.
Añadió que el precio de esta vacuna en desarrollo sería “muy similar” al aplicado a la vacuna actual.
Moderna cobra precios diferentes para las distintas regiones del mundo, con una horquilla que oscila entre los 15 y los 37 dólares, según UNICEF, una agencia de las Naciones Unidas que participa en la distribución de vacunas a las naciones más pobres.