En el teléfono de Rita Safi, un video muestra el ataúd cubierto con una sábana roja de su hermana Frozan, asesinada tras el regreso al poder de los talibanes en Afganistán: un símbolo, para ella, del doble rasero de Occidente, que se preocupa por la difícil situación de las mujeres afganas pero no les ofrece suficiente refugio.
Frozan Safi era una conocida activista por los derechos de las mujeres de Mazar-i-Sharif, una gran ciudad del norte de Afganistán. Su cadáver fue hallado a finales de octubre de 2021, dos meses y medio después de la caída de la República de Afganistán.
«Le dispararon siete veces. Su rostro estaba completamente destruido», recuerda su hermana pequeña, Rita, con la que la AFP se reunió en un centro de acogida de los suburbios de París pocos días después de su llegada a Francia.
El ministerio del Interior del nuevo régimen afgano incriminó a dos hombres, en cuya casa se encontraron los restos de Frozan Safi y otras tres mujeres.
Rita rechaza esta versión oficial: «Fue brutalmente asesinada por los talibanes», afirma la joven, que pronto cumplirá treinta años.
Frozan Safi se sentía en peligro desde la vuelta al poder de los talibanes y quería huir a Alemania. Los países occidentales «dijeron que apoyarían» a las mujeres afganas, «pero sólo fueron palabras», lamenta Rita.
Tras la muerte de su hermana, la joven afirmó que también estaba en el punto de mira de las autoridades talibanes. «Le dijeron a mi padre que si no dejaba de hablar, me harían lo mismo».
En diciembre de 2021, Rita huyó a Pakistán con un visado de dos meses, esperando ser acogida rápidamente en Occidente. Pero acabó viviendo ilegalmente durante dos años escondida en los suburbios de Islamabad.
Mientras tanto, la situación de las mujeres en Afganistán sigue empeorando. La administración talibán les prohíbe progresivamente el acceso a las escuelas secundarias, las universidades, los parques, los centros deportivos… Muchas pierden su empleo.
Para Rita Safi, la vida cambió cuando un periodista francés contó su historia y apoyó su solicitud de visado. El 8 de diciembre aterrizó en París con otra docena de mujeres afganas que salieron de Islamabad. Todas ellas solicitan asilo en Francia, y es probable que se lo concedan.
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«En Pakistán hay muchas mujeres como Rita, con familiares asesinados o secuestrados en Afganistán, que fueron amenazadas y que ahora viven en condiciones espantosas. Pero si no encuentran a un occidental dispuesto a ayudarlas, sus casos quedan sepultados entre los demás», lamenta Margaux Benn, periodista y miembro del colectivo Accueillir les Afghanes (Acoger a las afganas).
Francia afirma haber expedido más de 15.000 visados a ciudadanos afganos desde 2021, «principalmente a mujeres, defensores de los derechos humanos, periodistas y jueces».
Pero esta cifra «no corresponde a ninguna realidad», afirma Delphine Rouilleault, directora general de France Terre d’Asile (Francia Tierra de Asilo). Desde hace más de un año, «no llega nadie de Afganistán, y las mujeres afganas llegan de Pakistán a cuentagotas», señala.
AFP