El nuevo presidente iraní, el ultraconservador Ebrahim Raisi, anunció este jueves durante su investidura que apoyará cualquier iniciativa para levantar las sanciones occidentales pero advirtió que ni éstas ni las presiones impedirán que Irán defienda sus «derechos legales».
Ebrahim Raisi juró el cargo este jueves ante el Parlamento, aunque había comenzado oficialmente su mandato de cuatro años el martes, luego de ser inaugurado por el guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
«Me dedicaré a servir a mi pueblo, a honrar el país, a la propagación de la religión y la moralidad, y a apoyar la verdad y la justicia», juró Raisi, exjefe de la Autoridad Judicial, durante una ceremonia este jueves en Teherán, retransmitida en directo por la televisión estatal.
El nuevo gobernante sustituyó al moderado Hasan Rohani, cuyo principal logro en sus dos períodos de gobierno fue el acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y seis potencias occidentales.
Pero el país enfrenta una profunda crisis económica y social desde que el expresidente estadounidense Donald Trump retiró unilateralmente al país del acuerdo en 2018 y reimpuso las sanciones.
Este jueves, afirmó que apoyará «cualquier plan diplomático» que permita levantar esas sanciones, pero recalcó que ni las sanciones ni las presiones impedirán a Irán defender sus «derechos legales».
Poco después de la investidura de Raisi, Estados Unidos pidió una reanudación «rápida» de las negociaciones iniciadas en Viena en abril para reincorporar a Estados Unidos en el acuerdo sobre el programa nuclear y hacer que Irán vuelva a atenerse a sus compromisos, a cambio de que Washington levante las sanciones.
«Instamos a Irán a volver a la mesa de negociaciones rápidamente», declaró el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price, añadiendo que, para Washington, el asunto constituye una «prioridad urgente». «Esperamos que Irán aproveche la oportunidad de encontrar soluciones diplomáticas».
Irán ha llevado a cabo seis rondas de conversaciones con las potencias mundiales entre abril y junio en Viena para intentar resucitar el acuerdo nuclear, pero la última tanda de diálogo concluyó el 20 de junio sin una fecha prevista para el siguiente encuentro.
El nuevo gobierno buscará levantar las sanciones «opresivas», pero «no atará las condiciones de vida de la nación a la voluntad de extranjeros», había apuntado Raisi el martes.
El presidente de 60 años enfrenta advertencias de parte de Estados Unidos, Reino Unido e Israel por un mortal ataque la semana pasada a un petrolero, del que Teherán niega la autoría.
Irán también se ha visto duramente golpeado por la pandemia de covid-19, con más de cuatro millones de casos y más de 92.000 muertes.
– «Mano tendida» –
A su ceremonia de investidura asistieron unos 80 funcionarios extranjeros, entre ellos, el presidente afgano Ashraf Ghani, el líder del movimiento islamista Hamás, que gobierna en la Franja de Gaza, Ismail Haniyeh, y los jefes del Parlamento de Rusia, Siria y Sudáfrica, según la televisión estatal.
También acudió el negociador nuclear europeo Enrique Mora, quien se reunió el miércoles en Teherán con el ministro de Relaciones Exteriores, Javad Zarif.
Teherán «estará al lado de los oprimidos», afirmó Raisi, se encuentren estos «en el corazón de Europa, en América o en África, en Yemen, en Siria o Palestina». «Somos los verdaderos defensores de los derechos humanos», sostuvo.
Una de las prioridades de su gobierno será mejorar las relaciones de Irán con sus vecinos, dijo. «Tiendo la mano de la amistad y de la fraternidad a todos los países de la región, sobre todo a nuestros vecinos».
El gobierno de Raisi consolida el poder en manos de los conservadores, que ganaron las elecciones legislativas de 2020, marcadas por la descalificación de miles de candidatos reformistas y moderados.
El nuevo mandatario comenzó a trabajar el miércoles, al presidir una reunión del equipo de trabajo sobre el coronavirus y encontrarse con ministros de la administración saliente, según la página de internet de la presidencia.
– Múltiples desafíos –
Raisi encara desafíos en varios frentes, señalaron varios medios iraníes después de su investidura.
Las sanciones estadounidenses asfixian a Irán y sus exportaciones petroleras, mientras la economía se contrajo más de 6% en 2018 y 2019.
El gobernante tendrá que «enfrentar múltiples desafíos debido a la gran cantidad de problemas», apuntó este miércoles el editorial del diario ultraconservador Kayhan, citando la «inflación sin precedentes», altos costos de la vivienda, la recesión y la corrupción.
La próxima semana, el jefe del Estado presentará a sus candidatos a los puestos ministeriales, según la televisión. El nuevo Ejecutivo será resultado de un «consenso nacional», prometió Raisi.
Con información de AFP