La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos lamentó la muerte de los venezolanos que perecieron el fin de semana, cuando su embarcación naufragó frente de las costas de Güiria, al oriente de Venezuela.
Las víctimas regresaban al país tras ser expulsadas por Trinidad y Tobago, un país que les negó el derecho de asilo.
“Nos entristece enormemente la noticia”, aseguró este 15 de diciembre uno de los portavoces de la alta comisionada, Michelle Bachelet.
Ese mismo vocero agregó que la tragedia “representa una de las mayores pérdidas de vidas que involucran a refugiados y migrantes venezolanos, que intentan cruzar el mar hacia Trinidad y Tobago”.
En una clara referencia a las autoridades trinitarias, el funcionario pidió “a los gobiernos que detengan las devoluciones en el mar, en violación del principio de no devolución y la prohibición de las expulsiones colectivas”.
El Portavoz pidió a los Ejecutivos de Trinidad y Venezuela “coordinarse y cooperar para proteger la vida y la seguridad de los migrantes y refugiados, incluso mediante operaciones de búsqueda y rescate (…) e investigando de manera rápida, efectiva, exhaustiva y transparente este trágico incidente”.