La costa oeste de Estados Unidos sufre una ola de calor sin precedentes. Las altas temperaturas marcan récords históricos y aumenta la preocupación por las consecuencias del cambio climático.
La falta de lluvias, la amenaza de incendios de gran magnitud y las muertes por calor son unas de las principales preocupaciones. Un reciente informe divulgado por la Universidad de Washington advierte un peligroso impacto del aumento del calor en la mortalidad. La Doctora. Kristie L. Ebi, profesora del Center of Health and the Global Environment de la University of Washington, explica que “unos 5 mil 500 estadounidenses mueren por calor en EE.UU., pero esto es algo prevenible, muchas cosas se pueden hacer para lidiar con esa mortalidad… También sabemos que las olas de calor tienen una mayor frecuencia, duración e intensidad ahora, la preocupación para el futuro es que mientras las temperaturas siguen subiendo, la mortalidad va incrementarse también durante el verano”.
Y aunque estas extremas condiciones pueden perjudicar a cualquier persona por igual, hay un sector de la población más propenso a sufrir daños severos e incluso morir. Explica la Doctora Ebi que cuando la temperatura del cuerpo se incrementa entonces hace que nuestro corazón trabaje más fuerte y otros órganos en nuestro sistema. “Sabemos también que los adultos de más de 65 años tienen un riesgo más alto, gente que tiene problemas de enfermedades crónicas, o gente que usa drogas o que no está en forma, eso hace que el cuerpo no pueda sudar adecuadamente y eso afecta nuestra reacción hacia las altas temperaturas…Además el calor no mata instantáneamente, cuando hay una ola de calor, la mortalidad empieza 24 horas después”, señala.
Ola de calor e incendios
El aumento de calor y la sequía inciden de manera directa en los incendios. Daniel Swain, Científico del Clima de UCLA e integrante del National Center for Atmospheric Research, indica que mientras todo está más seco, la vegetación y los bosques se vuelven más inflamables y los fuegos tienen una mayor intensidad y son más difíciles de controlar, amenazando a comunidades enteras y a los ecosistemas. “Es justo lo que observamos en estados como Utah, Arizona, Colorado y California, es una tendencia del incremento extremo de condiciones que puede ocasionar incendios debido al cambio climático, a las altas temperaturas y baja humedad de las tierras”, dijo.
Unas 40 millones de personas en Estados Unidos se encuentran actualmente bajo “alerta por calor excesivo”.