Este miércoles 28 de agosto, se cumple un mes de las polémicas elecciones presidenciales en Venezuela, tanto la oposición liderada por María Corina Machado y Edmundo González Urrutia como el régimen del dictador Nicolás Maduro se movilizan bajo la creciente tensión que es acompañada por detenciones de civiles y dirigentes políticos.
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Las elecciones del 28 de julio se han visto sumidas en el fraude electoral, luego de que no se publicaran las actas que respalden los resultados anunciados por parte de las autoridades electorales ni del ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia. Una situación que ha agudizado el conflicto político en Venezuela.
El régimen de Maduro, que se atribuyó la victoria en los comicios, ha enfrentado severas críticas y denuncias ante el fraude. En contraste, la oposición, quien logró recolectar y divulgar cerca de 80 % de las actas que le fueron entregadas a los testigos y confirman la victoria de su candidato, Edmundo González Urrutia.
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A medida que la dictadura intensifica la persecución judicial y policial contra sus críticos, los simpatizantes de la oposición han salido a las calles para exigir una transición política y demostrar su firmeza en la lucha por el cambio.
María Corina Machado, como figura central de la oposición, ha liderado las manifestaciones que reclaman el reconocimiento de los resultados electorales y la instalación de un gobierno legítimo encabezado por González Urrutia. Este miércoles se movilizan bajo «acta mata sentencia», en rechazo a la sentencia del ilegítimo TSJ, en la avenida Francisco de Miranda en Caracas.
En una movida estratégica, el dictador Nicolás Maduro anunció el martes cambios en su gabinete. Maduro ha asumido directamente la gestión del Ministerio de Petróleo al entregárselo a la Vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez y el Ministerio del Interior, Justicia y Paz a Diosdado Cabello. Estos cambios buscan consolidar su control sobre el sector energético y los cuerpos policiales, reforzando el poder de su núcleo duro en un momento crítico para su régimen.
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Mientras tanto, la presión internacional y las denuncias de violaciones a los derechos humanos continúan en aumento, con llamados desde diversos sectores para una resolución pacífica y democrática de la crisis. La comunidad internacional observa de cerca la situación en Venezuela, mientras la confrontación entre el régimen de Maduro y la oposición sigue sin resolverse. La jornada de miércoles 28 de agosto representa un nuevo capítulo en la compleja lucha por salir de la crisis en Venezuela.