Pablo Iglesias, fundador y líder de Podemos, anunció este martes, tras los resultados electorales a la Asamblea de Madrid, que deja la política de primera fila y abandona todos sus cargos en Podemos.
«Cuando uno deja de ser útil tiene que saber retirarse», aseguró.
«Dejo todos mis cargos. Dejo la política entendida como política de partido, entendida como política institucional. Seguiré comprometido con mi país, pero no voy a ser un tapón para una renovación de liderazgos que se tiene que producir en nuestra fuerza política», manifestó.
Iglesias justificó su salida en que no quiere ser un tapón para su partido: «Creo que no contribuyo a sumar. Creo que no soy una figura política que pueda contribuir a que en los próximos años nuestra fuerza política consolide su peso institucional, que podamos ganar en la Comunidad de Madrid o en el Ayuntamiento dentro de dos años».
Por ello, anunció su renuncia a todos los cargos del partido, puesto que actualmente no ostentaba ningún cargo público tras su dimisión como vicepresidente del gobierno de España.
De esta forma, Iglesias no asumirá el escaño que le correspondería como cabeza de lista de su partido en Madrid, y el liderazgo volverá a quedar en manos de Isa Serra. A nivel nacional, mencionó a la vicepresidenta Yolanda Díaz como quien regirá por el momento los destinos del partido: «Puede ser la próxima presidenta del Gobierno».
En este sentido, ha llamado a que los nuevos liderazgos del partido cumplan con «la feminización de nuestra propuesta política». «Estoy completamente convencido de que los nuevos rostros de nuestro espacio político van a ser rostros femeninos», puntualizó.
Posteriormente Iglesias ha aludido a lo que ha conseguido su partido en estos siete años y ha afirmado que está «enormemente orgullos de haber liderado un partido político que cambió la historia de nuestro país, que terminó con el bipartidismo, que terminó con 80 años de exclusión de nuestras ideas del Consejo de Ministros de nuestro país».