La presión por un mayor control ético se acrecentó este sábado sobre el Parlamento Europeo después de la detención el viernes en Bruselas de una de sus vicepresidentas y de otras cuatro personas por sospechas de corrupción vinculadas a Catar.
«No se trata de un incidente aislado», afirmó la oenegé Transparencia Internacional.
«Desde hace varias décadas, el Parlamento ha dejado que se desarrolle una cultura de la impunidad (…) y una ausencia total de control ético independiente», agregó.
El control en la institución es «defectuoso», abundó Alberto Alemanno, profesor de Derecho en el Collège d’Europe en la ciudad belga de Brujas.
Cinco personas fueron detenidas en el marco de una investigación sobre presuntos pagos de «sumas sustanciales» por parte de un país del Golfo para influir en las decisiones de los eurodiputados.
La fiscalía belga evitó identificar al país, aunque una fuente próxima del caso confirmó a la AFP que se trata de Catar.
«Cualquier acusación de mala conducta por parte del Estado de Catar demuestra una grave desinformación», dijo el sábado a la AFP un alto funcionario catarí.
El caso alcanzó una nueva magnitud cuando se supo la identidad de la quinta persona detenida: la eurodiputada griega Eva Kaili, de 44 años, que ocupa una de las vicepresidencias de la cámara.
La legisladora es pareja de otro de los sospechosos del caso arrestados unas horas antes.
La fiscalía informó de las detenciones después de encontrar 600.000 euros en efectivo [cantidad similar en dólares] en 16 redadas en Bruselas.
Kaili fue inmediatamente apartada del Partido Socialista griego (Pasok-Kinal) y el grupo Socialistas y Demócratas (S&D) de la asamblea europea anunció su suspensión «con efecto inmediato».
– «Bolsas llenas de billetes» –
Los interrogatorios de los cinco sospechosos se prosiguieron el sábado, indicó un portavoz de la fiscalía federal belga.
La investigación, a cargo del juez Michel Claise, se centra en actos de «corrupción» y «blanqueo de dinero» en banda organizada.
«Haremos todo lo que esté en nuestras manos para cooperar con la justicia», tuiteó la presidenta del Parlamento Europeo, la maltesa Roberta Metsola.
La eurodiputada francesa Manon Aubry (izquierda radical) denunció «el lobbying agresivo de Catar» y exigió un debate sobre el tema la semana próxima en una sesión plenaria.
Representantes socialistas franceses denunciaron «un escándalo muy grave», mientras que los verdes Michèle Rivasi y David Cormand reprocharon al grupo socialdemócrata su «complacencia culpable» con Catar durante la última sesión plenaria en el Parlamento Europeo.
Los eurodiputados ecologistas y socialdemócratas anunciaron que se opondrán el lunes a iniciar las negociaciones para una liberalización de los visados de los cataríes en la Unión Europea (UE).
Según el diario belga L’Echo, «varias bolsas llenas de billetes» fueron encontradas en el domicilio de Kaili en Bruselas.
La policía registró la vivienda después de haber localizado al padre de la diputada con una gran cantidad de dinero en efectivo en una maleta, según ese reporte.
Según informaciones de la prensa confirmadas por la AFP, al menos tres de los detenidos son italianos o de origen italiano.
Se trata del exeurodiputado socialista Pier-Antonio Panzeri, del secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI) Luca Visentini y de Francesco Giorgi, asistente parlamentario del grupo S&D y pareja de Kaili.
También hubo dos arrestos en Italia, según confirmaron fuentes gubernamentales a la AFP. Se trata de la esposa y la hija de Panzeri.
El tema ha estallado en pleno Mundial de fútbol de Catar, que se esfuerza por rebatir las acusaciones de no respetar los derechos humanos de los miles de migrantes que trabajaron en la construcción de los estadios.
Kaili viajó a principios de noviembre a Catar, donde se congratuló, junto al ministro catarí del Trabajo, de las reformas del emirato en este sector.
«Catar es líder en materia de derechos laborales», afirmó la eurodiputada el 22 de noviembre en la tribuna del Parlamento Europeo, generando descontento en las bancadas de izquierda.
AFP