El socialista Pedro Sánchez fue investido como presidente del gobierno de España, al frente de una coalición de izquierdas que logró poner fin a un estancamiento político de casi un año.
Sánchez consiguió el respaldo suficiente del Congreso de los Diputados para gobernar junto a Unidos Podemos como socio mayor. El margen de aprobación fue pequeño, con 167 de los 350 diputados a favor, 165 en contra y 18 abstenciones.
El líder del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, necesitó la promesa de votos o la abstención de una serie de partidos más pequeños para alcanzar la presidencia.
«No hay otra opción (de gobierno)”, dijo Sánchez en su intervención antes del voto. “Es además la opción que obtuvo la victoria en las elecciones del 10 de noviembre».
España luchaba para salir de una etapa muy inestable de varios meses con un presidente en funciones, dos elecciones generales y cuatro años de gobiernos débiles.
En ese panorama, ha surgido en el país una polarización política y las instituciones se han visto sometidas a grandes tensiones, con el desafío independentista de Cataluña y las ganancias electorales del partido de extrema derecha Vox.
Aunque los gobiernos de coalición son comunes en Europa, es la primera vez que en España asciende un gobierno donde ningún partido logra una mayoría absoluta desde que el país regresó a la democracia en 1978.
También es la primera vez que Sánchez llega a la presidencia del gobierno con investidura parlamentaria, ya que ocupaba el cargo desde junio de 2018 debido a una moción de censura que destituyó a su antecesor Mariano Rajoy, del Partido Popular de derecha.
Con información de la Voz de América