En Perú los presidentes van y vienen. Desde marzo de 2018 (fecha en la que dimitió Pedro Pablo Kuczynski) el país ha cambiado de jefe de Estado en dos ocasiones.
El primero de ellos fue Martín Vizcarra. En su carácter de vicepresidente, Vizcarra tomó las riendas del Ejecutivo peruano el mismo día en el que Kuczynski presentó su renuncia.
Desde entonces, el ingeniero civil asumió el compromiso de completar el periodo presidencial vigente.
En teoría, Vizcarra debía gobernar hasta julio de 2021, fecha en la que se ha de entregar el mando a quien gane los comicios generales de abril del año entrante.
Sin embargo, sus desavenencias con el Congreso (sobre todo con los diputados fujimoristas) echaron a pique sus aspiraciones.
Desde el Parlamento, la oposición se valió de las sospechas de corrupción en su contra y le sometieron a sendas mociones de censura.
El segundo de esos pedidos de vacancia terminó de prosperar este lunes. En consecuencia, Martín Vizcarra fue destituido del cargo.
La remoción dejó el camino libre para Manuel Merino de Lama, un ganadero que entró en política y que, desde marzo de este año, ocupaba la presidencia del Congreso de Perú.
Con Kuczynski y Vizcarra fuera de juego, Merino de Lama era el tercero en la línea sucesoral que dicta la Constitución peruana.
Es por ello que este martes, el parlamentario, de 59 años de edad, tomó juramento y se posesionó como el nuevo jefe de Estado.
Su deber será el de recorrer el tramo que resta para finiquitar el término presidencial que arrancó en julio de 2016.
En función de su hoja de vida, Manuel Merino, el hombre que ahora rige los destinos de Perú, no exhibe grandes méritos.
La cadena RPP le ha identificado como un empresario agrícola, que es dueño de un fundo en el norte de la geografía peruana.
Su carrera política, entretanto, es un poco más amplia. Tras desempeñarse como representante del sector agrario, se vinculó al partido Acción Nacional, en 1979.
Gracias a esa organización, Merino de Lama llegó al Congreso. Desde allí, legisló en los periodos 2001 – 2006 y 2011 – 2016.
Tras aquellas experiencias – y cuatro años más tarde – fue electo como miembro del Legislativo que se instaló este año, luego de la disolución del Parlamento por el ex presidente Martín Vizcarra.
De momento, las intenciones de Merino parecen ser transparentes. En su discurso de investidura, garantizó la inamovilidad de las próximas elecciones, así como la entrega del poder, una vez se cumpla el actual término presidencial.