Tras días de críticas al programa de estímulo económico aprobado por el Congreso, Donald Trump ha torcido el brazo. En un giro de timón, el presidente de Estados Unidos rubricó el plan bipartidista, que libera 900.000 millones de dólares.
Esos fondos serán empleados en subsidios para las empresas, escuelas, familias y los trabajadores que han perdido sus empleos, a raíz de la crisis económica desatada por la pandemia de la Covid-19.
El mandatario cambió de parecer este domingo, casi una semana después de calificar el paquete aprobado el lunes como una auténtica “desgracia”. A través de un comunicado emitido por la Casa Blanca, el jefe de Estado dejó claro que aún espera que los legisladores introduzcan modificaciones en el programa.
Para Trump, las ayudas directas de 600 dólares a los ciudadanos con ingresos anuales inferiores a los 75.000 dólares son los más parecido a una burla. Por ese motivo, el republicano ha exigido que el monto de los cheques se aumente hasta los 2.000 dólares.
Esa demanda fue rechazada esta misma semana por congresistas de su partido. Sin embargo, este lunes, demócratas y republicanos regresarán al Capitolio para volver a evaluar la posibilidad.
Dado que Trump no estampó su firma antes de este 27 de diciembre, varios programas que eran cruciales para ayudar a los desempleados terminaron de expirar. La situación deja en el aire a unos 14 millones de estadounidenses que ahora experimentarán demoras en la entrega de nuevas asistencias.