El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, denunció este jueves un intento de golpe de Estado militar e instó a sus simpatizantes a manifestarse, después de que el ejército reclamara su dimisión tras la derrota militar de Armenia frente a Azerbaiyán.
El Kremlin dijo que estaba «preocupado» por la situación e hizo un llamado a la «calma» en la exrepública soviética.
«Considero que la declaración del estado mayor es un intento de golpe de Estado militar. Invito a todos nuestros partidarios a reunirse en la plaza de la República» en Ereván, escribió Pashinyan en su página de Facebook.
En un mensaje en directo en esa red social, Pashinyan anunció luego la destitución del general Onik Gasparian, al frente del estado mayor.
Horas después, encabezó una manifestación de sus simpatizantes en el centro de la capital armenia y aseguró que, aunque la situación es «tensa», «todo el mundo está de acuerdo en que no debe haber enfrentamientos».
«La situación se puede gestionar», sostuvo el mandatario, megáfono en mano, ante centenares de simpatizantes que marchaban por el centro Ereván, convocados por el propio Pashinyan.
La oposición, que reclama la dimisión de Pashinyan desde la derrota militar de Armenia frente a Azerbaiyán en Nagorno Karabaj a finales de 2020, también tenía intención de salir a la calle este jueves.
La víspera, Pashinyan echó a un adjunto de Gasparian, Tigran Jachatrian, lo que llevó al estado mayor a reclamar su renuncia por juzgar que el primer ministro «ya no está en condiciones de tomar las decisiones que se imponen».
Ambos lo acusaron de perpetrar «ataques para desacreditar a las fuerzas armadas».
El primer ministro despidió a Jachatrian porque este se había burlado en la prensa de las declaraciones del primer ministro, que cuestionaba la fiabilidad del sistema de armamento ruso, los lanzamisiles Iskander, durante el conflicto en Nagorno Karabaj.
El estado mayor consideró que esa decisión se basó únicamente «en los sentimientos y ambiciones personales» de Pashinyan.
Derrota en Nagorno Karabaj
Pashinyan se encuentra bajo presión de la oposición que reclama su renuncia desde la derrota militar de Armenia ante Azerbaiyán en el otoño de 2020 en el conflicto de Nagorno Karabaj.
Ante el riesgo de una debacle, el primer ministro aceptó, con el apoyo del ejército y de su estado mayor, las condiciones de un alto el fuego negociado por el presidente ruso, Vladimir Putin, que implicaba importantes pérdidas territoriales para Armenia.
Con todo, Ereván todavía controla de facto, gracias a la presencia de separatistas armenios, la mayor parte de la región de Nagorno Karabaj.
Sin embargo, Armenia perdió la simbólica ciudad de Shusha, además de un conjunto de regiones azerbaiyanas alrededor de esa área y que controlaba desde los años 1990.
La derrota se vivió como una humillación nacional. Desde entonces, la oposición ha reclamado la dimisión del primer ministro quien, casi hasta el final del conflicto -que se extendió de septiembre a noviembre de 2020- aseguraba que sus fuerzas llevaban ventaja sobre Bakú.
Nikol Pashinyan, un experiodista e histórico opositor, llegó al poder en la primavera de 2018, impulsado por una revolución que prometía sacar a ese país del Cáucaso de la pobreza y eliminar a una élite corroída por la corrupción.
Desde su independencia tras la caída de la Unión Soviética en 1991, Armenia ha atravesado varias crisis políticas y revueltas, algunas de las cuales muy violentas.
Con información de AFP