La presidenta del Perú, Dina Boluarte, lamentó este sábado que el Congreso rechazara el adelanto de las elecciones para este año e instó a que se depongan intereses personales y partidistas para «allanar una salida a la crisis política».
«Lamentamos que el Congreso de la Repúblíca no haya logrado ponerse de acuerdo para definir la fecha de las elecciones generales, donde peruanas y peruanos puedan elegir libre y democráticamente a las nuevas autoridades», escribió Boluarte en Twitter.
«Exhortamos a las bancadas a deponer sus intereses partidarios y colocar por encima los intereses del Perú», añadió la mandataria, en su primera reacción desde que el Parlamento fracasara la madrugada del sábado en la idea de adelantar las elecciones generales para este año como pidió ella misma el viernes.
La propuesta presentada por el congresista fujimorista Hernando Guerra García, del partido derechista Fuerza Popular (FP), fue derrotada por 65 votos contra 45, por lo tanto se mantiene el proyecto de realizar los comicios generales en abril de 2024.
Boluarte, cuyos 50 días de gestión han estado marcados por protestas en su contra que dejan 46 civiles y un policía muertos en enfrentamientos, había pedido el viernes que las elecciones se programaran para diciembre de este año, una manera de salir más rápido del «atolladero» actual con escenas de bloqueos, escasez y violencia en diferentes regiones de Perú.
No obstante, la propuesta de votada en el Congreso incluso anticipaba las elecciones para octubre de manera que la presidenta, los congresistas y autoridades electivas entregaran el poder en diciembre de 2023.
Pero la izquierda insistió en que debía incluirse un referendo sobre la Asamblea Constituyente, propuesta rechazada por un amplio espectro de la política peruana. Otras fuerzas denunciaron una supuesta maniobra para sacar provecho electoral de parte de Fuerza Popular, partido de la excandidata presidencial Keiko Fujimori.
La votación del sábado de madrugada en el Congreso será sometida a reconsideración el lunes, a pedido del fujimorismo, pero los analistas consideran difícil que se revierta el resultado.
Boluarte, quien descarta renunciar pero a la vez asegura que no tiene interés en aferrarse al poder, asumió la jefatura del Estado el 7 de diciembre, cuando, como vicepresidenta reemplazó a Pedro Castillo, destituido por el Congreso después de que intentara cerrar el Legislativo y gobernar por decreto.
Desde ese día, diversos puntos de Perú, en especial del sur andino, donde habitan comunidades quechuas y aymaras históricamente postergadas, ha permanecido en pie de guerra en demanda de la renuncia de Boluarte y la realización de elecciones.
AFP