Los 222 expresos políticos nicaragüenses liberados por el régimen de Daniel Ortega, serán beneficiados por la administración de Joe Biden a través del «parole» especial que se les será otorgado para permanecer de manera legal en Estados Unidos.
“Estados Unidos facilitó el transporte de esas personas una vez liberadas de la custodia nicaragüense a Estados Unidos, y gozarán de un «parole» por razones humanitarias en el país por un período de dos años”, señalaba el documento al tiempo que confirmaba que las autoridades estadounidenses facilitaron “asistencia médica y legal” para todas aquellas personas que optaron por desplazarse de forma voluntaria hasta la capital de EEUU.
La Voz de América realizó un trabajo especial para conocer con más detalle en qué consiste la nueva medida aplicada para estos ciudadanos y en qué se diferencia del otro parole para los venezolanos, cubanos y haitianos.
¿De qué trata este de permiso temporal para los refugiados nicaragüenses?
Este «parole» aplica de únicamente a los 222 ex presos políticos de forma extraordinaria ya que, según explica el abogado de migración consultado por la Voz de América, Héctor Benítez, es “el Departamento de Seguridad Nacional quién tiene la facultad discrecional para otorgar un documento o una figura de acceso legal a los Estados Unidos”.
“Ese «parole» desde el punto de vista jurídico no se considera propiamente una admisión para efectos de otro tipo de trámites migratorios, pero definitivamente sí es una entrada legal”, comentaba el asesor legal, que trabaja entre Miami y Washington.
¿Qué diferencia hay con los otros permisos que actualmente se otorgan?
Hay que destacar, sin embargo, que este tipo de permisos temporales para vivir y trabajar temporalmente en Estados Unidos se diferencia de otras medidas adoptadas recientemente para otros nacionales de Nicaragua, Cuba, Venezuela, Haití y Ucrania.
“Por ejemplo, hay paroles de unificaciones familiares para los casos de los cubanos y los haitianos. También el que se creó para Ucrania, que luego fue extendido a Venezuela o incluso a Nicaragua”, comenta Benítez.
En esos casos, es necesario que el auspiciador, que puede ser una persona física o una entidad corporativa, pase por un estricto proceso para certificar que cuenta con suficientes “recursos económicos y financieros para poder traer al beneficiario del parole”, aclara el experto.
Por lo tanto, en esas protecciones temporales, el Gobierno de Estados Unidos impone una condición sine qua non en la que el auspiciador tenga que demostrar su capacidad de mantener económicamente a las personas que potencialmente entren con esos permisos.
¿Quién auspicia a los ex presos políticos nicaragüenses?
En el caso de los 222 refugiados nicaragüenses no se requiere que haya un patrocinador en Estados Unidos, ya que es el propio Gobierno quién se hace cargo de estas personas.
“Básicamente están contando con la autorización y el acceso legal por parte del Gobierno de Estados Unidos” ya que se ha tenido en cuenta que muchos de ellos “llegan después de sufrir, obviamente, elementos de persecución política, prisión, probablemente torturas, etc.”, según dice Benítez.
Entonces, con ese preámbulo, “el Gobierno les está facilitando un acceso a una tierra donde puedan plantear otro tipo de protecciones migratorias”.
La legislación estadounidense contempla este tipo de medidas adoptadas por la Casa Blanca. “A través de su discreción otorgada directamente por la ley de inmigración, se está permitiendo que ellos puedan venir a Estados Unidos directamente sin pasar por los periplos de obtener una visa en un consulado”, algo que en los otros casos de parole sí que se requiere que haya una aprobación previa con la obligatoriedad de acudir a una oficina consular.
El «parole» permite la estadía legal en EEUU durante 2 años: ¿Qué pasa después?
Como se mencionaba anteriormente, la Casa Blanca informó que los refugiados nicaragüenses que acaban de llegar a Estados Unidos podrían estar legalmente durante un período de dos años en el país norteamericano en el que van a poder trabajar sin restricciones.
“Van a tener la posibilidad de aplicar a permisos de trabajo y van a tener acceso al seguro social para que puedan insertarse o tratar de regularizarse en el esquema americano propiamente dicho”, agrega.
¿Y después de ese período? Eso no quiere decir que esas personas tengan que abandonar la unión americana una vez cumplido ese tiempo, sino que una vez establecidos en el país pueden optar por otras vías legales para obtener la residencia permanente.
La medida más recurrente será el asilo político ya que, según cuenta Benítez, ellos cuentan con razones suficientes para demostrar que en sus países son perseguidos.
“Obviamente al ser una medida tomada directamente por parte del Gobierno estadounidense y teniendo en cuenta que vienen por haber sufrido prisión por razones políticas, pues lo lógico es que todos ellos tengan acceso a la figura del asilo para que puedan regularizar de forma permanente su situación en el país”, explica Héctor Benítez a la VOA.
¿Qué otras vías tienen para establecerse en EEUU?
El asilo político no es la única salida legal que podrían tener los 222 refugiados nicaragüenses. “Pueden existir excepciones, donde algunos de estos ex presos políticos tal vez puedan hacerlo a través de una petición familiar, tal vez de un hijo que ya es ciudadano estadounidense u otro tipo de circunstancias que lo viabilice”, expone el abogado.
Pese a eso, “el que no tenga esas condiciones, obviamente tiene un fundamento bastante sólido para formular una petición de asilo”.
¿Cómo serán reconocidos internacionalmente los apátridas?
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR, por sus siglas en inglés) define a un apátrida como “una persona que no es considerada como nacional suyo por ningún Estado conforme a su legislación”. Es decir, que este tipo de personas no tienen la nacionalidad reconocida de un país, y eso tiene algunas consecuencias ya que, en muchos casos, tienen dificultades para inscribirse en un centro escolar, abrir una cuenta bancaria o contraer matrimonio.