Estos días se está hablando mucho en Estados Unidos de las elecciones de medio término y cómo ambas campañas, la demócrata y la republicana, se están volcando para tratar de cautivar el voto de su electorado. Incluso el presidente Joe Biden ha confirmado su presencia en algunos lugares del país para participar en la recta final de la campaña de la bancada azul para apoyar públicamente a algunos de los candidatos de su Partido Demócrata.
Eduardo Gamarra, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), explicaba a la Voz de América que estos comicios “tienen una consecuencia muy importante” en tanto que se celebran cada dos años y sirven para renovar el Congreso y parte del Senado federal. A nivel general, dice Gamarra, se han visto algunas tendencias, como por ejemplo que los resultados suelen acabar favoreciendo al partido que no gobierna.
“En ciencias políticas hemos identificado algunas constantes. Por ejemplo, el partido que está en la Casa Blanca generalmente pierde algunos escaños en ambas cámaras, aunque generalmente no se espera que pierdan el control total del poder legislativo”, decía insistiendo en que “aunque no se espera, sí que ha ocurrido en otras elecciones, como pasó durante la presidencia de Bill Clinton en 1994” o “en el caso de Barack Obama, que llegó con una mayoría y la perdieron a medio término y eso les cambió completamente la agenda”.
Esa misma idea es compartida por Jorge Duany, experto en voto hispano y director del Instituto de Investigaciones Cubanas de FIU, al considerar que “usualmente las elecciones de medio término favorecen al partido que no está en el poder”.
Su impacto en la política de la Casa Blanca
Actualmente el Partido Demócrata controla ambas cámaras en el Congreso de Estados Unidos. El Senado, completamente dividido, está al 50-50 entre rojos y azules, y es la vicepresidenta Kamala Harris quién rompió el desempate dando la mayoría a los demócratas. En la Cámara Baja, también hay mayoría azul en los 435 puestos. Los demócratas ocupan 220 escaños, mientras que los republicanos tienen 212 y hay tres puestos vacantes que también irán a comicios en estas elecciones.
Sin embargo, teniendo en cuenta que “las evaluaciones populares” en torno a la gestión del presidente Biden “son bastante bajas, aunque han mejorado”, explica Duany, “se espera que haya un cambio significativo en el Congreso, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado”.
“Eso tendría un impacto en los próximos dos años de la administración Biden”, augura el experto de FIU argumentando que “si bien se ha hecho difícil pasar algunas legislaciones ahora, en vista del virtual empate en el Senado, se le va a hacer mucho más difícil continuar con su agenda con un Congreso que va a estar, a todas luces, tratando de boicotear su proyecto político”.
En otras palabras, que si el Partido Demócrata pierde el control de la Cámara Alta “será prácticamente imposible” sacar adelante cualquier proyecto legislativo en los próximos dos años ya que, según pronostica Duany, los republicanos paralizarían cualquier tipo de propuesta, tal y como han prometido en campaña.
“Gran polarización en el país”
Las encuestas que se han llevado a cabo en las últimas semanas arrojan un resultado ajustadísimo entre los candidatos demócratas y republicanos, lo que hace prácticamente imposible pronosticar quién ganará con claridad en los próximos comicios de medio término, previstos para el 8 de noviembre.
“La mayoría que tiene el Partido Demócrata en ambas cámaras se dieron con resultados verdaderamente estrechos, y eso se debe entender en el contexto de polarización que hay hoy en día en el país», decía el profesor Gamarra a la VOA.
El papel del expresiente Trump
Además, también apunta al papel que ha tenido el expresidente de Estados Unidos Donald Trump desde que abandonó el poder en la Casa Blanca. “Donald Trump es una figura que no hemos tenido en épocas recientes y es muy difícil, inclusive, identificar un personaje similar en la historia de Estados Unidos. El presidente saliente generalmente desaparece de la política como tal, aunque da discursos aquí y allá, pero este ha estado en campaña permanente”, dice el estudioso de ciencias políticas convencido de que estas acciones también tendrán impacto en el resultado electoral.
El poder de las minorías
Teniendo en cuenta que ninguna encuesta se atreve a dar un claro ganador de estas elecciones, los expertos apuntan a que las minorías étnicas de Estados Unidos podrían tener la llave de la victoria en estos comicios. El ejemplo más claro se vio hace dos años en Georgia, cuando se decidió la mayoría de la Cámara Alta por tan solo 11.000 votos y fue en ese momento cuando ambas campañas se dieron cuenta de la importancia que era focalizarse también en esas comunidades, como la hispana, que podrían marcar el balance hacia un lado u otro.
“Se dieron cuenta que no es suficiente mandar algo por correo. Se debe ir a donde están ellos (los hispanos) para que conozcan a los candidatos en persona, para que vean que están ahí para escuchar, no solo para conseguir un voto”, concluyó Carolina Ramos, responsable de políticas de la Asociación Latinoamericana de Georgia.
Voz de América