La viceministra de Relaciones Exteriores, Rosa Yolanda Villavicencio, inició este martes el proceso de empalme con la saliente canciller Laura Sarabia. Villavicencio, quien asumirá formalmente el cargo esta semana, llega al Ministerio en medio de un aluvión de críticas por su cercanía ideológica con el chavismo y su falta de trayectoria diplomática.
Villavicencio es considerada una “petrista pura sangre” dentro del círculo político del actual Gobierno. Cuenta con estudios en Cooperación Internacional para el Desarrollo por la Universidad Complutense de Madrid y una maestría en Migración y Relaciones Intercomunitarias.
Sin embargo, sus credenciales académicas no han sido suficientes para calmar las críticas que apuntan a su escasa experiencia en asuntos exteriores y a su débil dominio del inglés, un requisito clave para la jefatura de la diplomacia colombiana.
Su respaldo a Maduro reaviva la controversia
Uno de los episodios más controvertidos de su historial público es su defensa de las elecciones venezolanas de 2018, calificadas por la comunidad internacional como fraudulentas. En una discusión en redes sociales con el exprecandidato presidencial Alejandro Gaviria, Villavicencio escribió:
“Qué ligero de opinión. Malintencionada y perversa. (…) El Consejo Nacional Electoral y los observadores, testigos y partidos en Venezuela saben que el pueblo eligió”.
Estas afirmaciones contradicen la postura oficial del propio presidente Gustavo Petro, quien no reconoció a Nicolás Maduro como presidente tras dichos comicios.
Un homenaje a Chávez que hoy le pasa factura
La futura canciller también ha sido cuestionada por un texto que publicó en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez. En el escrito, defendió el ideario del expresidente venezolano y afirmó:
“No bajar la cabeza, no ser lacayo de nadie y dirigir nuestro destino con nuestros errores y aciertos… Eso no tiene reversa, le duela a quien le duela”.
Estas declaraciones han sido rescatadas por sus detractores como evidencia de su afinidad con regímenes autoritarios.
Desde distintos sectores del Centro Democrático han arremetido contra su nombramiento. La senadora María Fernanda Cabal expresó:
“La nueva canciller de Petro. ¡Calculen! El amor de los socialistas por los genocidas dictadores es patológico”.
El congresista Andrés Forero agregó que “en este Gobierno las cosas siempre pueden empeorar”, mientras que el exdiplomático Camilo Rubiano criticó el “sectarismo ideológico” que, a su juicio, prima sobre la carrera diplomática en la actual administración.
“La Cancillería dejó de ser colombiana”
Otras voces como la de Cristina Plazas, exdirectora del ICBF, señalaron que “la Cancillería dejó de ser colombiana y es la nueva cuota del régimen venezolano”. Por su parte, Víctor Muñoz, exdirector del Dapre, expresó:
“Qué sentirán los funcionarios de carrera de la Cancillería (…) Les nombran a semejante personaje. Es una antidemócrata, solo alguien así puede defender la dictadura de Nicolás Maduro”.
Pese a las críticas, Rosa Yolanda Villavicencio tomará posesión del cargo esta misma semana, en medio de un escenario diplomático complejo para Colombia, especialmente por las tensiones con Estados Unidos. Su gestión arranca marcada por la polémica y con una creciente presión para demostrar independencia y capacidad frente a los desafíos de la política exterior.