El embajador de Colombia en Washington, Francisco Santos, asegura que el plan de regularización de los migrantes venezolanos va a requerir de un gran esfuerzo económico de la comunidad internacional.
En conversación con la Voz de América, el diplomático colombiano estimó que 3.000 millones de dólares es el presupuesto que se necesita para cubrir las necesidades de la migración venezolana, durante el tiempo que sean cubiertos por el nuevo estatuto de protección temporal presentado por el presidente de Colombia, Iván Duque Marquez.
El embajador Francisco Santos considera que pese a ser una crisis de gran magnitud que afecta a todos los países de la región, la respuesta internacional no ha sido tan efectiva para movilizar recursos.
“Yo creo que la crisis que viene de la migración de venezolanos a Colombia y America Latina en general es una de las crisis que menos visibilidad tiene, por un lado y por el otro, la que menos recursos está teniendo. Por el caso de Estados Unidos, lo que sabemos es que van creo que 500 millones de dólares en los últimos tres años y la Unión Europea, muchísimo menos y se van a necesitar muchos más recursos”, explicó el diplomático colombiano, quien espera que el ejemplo que dio Colombia sirva para motivar a la comunidad internacional a comprometer más ayuda.
La necesidad más importante que tiene Colombia en este momento, según el embajador Santos, es lograr cubrir la deuda con los hospitales. La comunidad venezolana que vive en Colombia ha tenido acceso a servicios básicos de salud para situaciones de emergencia y para la atención de mujeres embarazadas, entre otros tratamientos médicos.
“Hemos atendido a todos los venezolanos que han llegado, partos, toda clase de enfermedades los hemos tratado como ciudadanos colombianos con los mismos derechos y en ese sentido hay una deuda con los hospitales que habría que cancelar”, dijo el embajador en entrevista con la Voz de América.
El plan de regularización de cerca de un 1.8 millones de migrantes venezolanos implica una expansión de la infraestructura de salud, educación, entre otros servicios sociales. “Es que 1.8 millones de venezolanos, hoy serían la segunda ciudad más grande de Colombia», dice el embajador Santos.
El funcionario colombiano explica que regularizar a los migrantes venezolanos, a parte de ser un gesto de hermandad, es una decisión pragmática “porque es realista tenerlos, saber dónde están, qué están haciendo, qué ayuda necesitan, tenemos 2.000 kilómetros de una frontera prácticamente sin barreras que es imposible de controlar, entonces es una decisión también pragmática”.
Colombia es el primer país de la región en implementar un estatuto de protección temporal para los migrantes venezolanos, con la posibilidad de que se hagan residentes permanentes después de 10 años de vivir en el país.