El gobierno británico presenta el jueves unos presupuestos que marcan el regreso de la austeridad, con más impuestos y menos gasto público para ahorrar decenas de miles de millones, en un contexto de crisis del coste de la vida y recesión.
El primer ministro conservador Rishi Sunak, que llegó al poder hace menos de un mes reemplazando a la efímera Liz Truss, se propuso corregir los «errores» de su predecesora.
Esta había presentado en septiembre un plan económico ultraliberal que combinaba importantes subvenciones a la energía con fuertes bajadas de impuestos sin más financiación que engordar la ya muy abultada deuda pública británica.
En un contexto de muy alta inflación esto provocó desasosiego en los mercados financieros, la libra cayó a mínimos históricos y se dispararon las tasas de interés de la deuda pública, arrastrando con ellas las de los créditos a empresas y familias.
«Atajar la inflación es mi prioridad absoluta y eso guía las difíciles decisiones sobre impuestos y gasto que tomaremos», afirmó el nuevo ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, encargado de tranquilizar a los mercados sobre la fiabilidad del Reino Unido.
Con este objetivo, presentará ante el Parlamento hacia las 11h30 (locales y GMT) un paquete con subidas de impuestos y recortes de gastos por casi 55.000 millones de libras (65.500 millones de dólares).
El ministerio de Finanzas justificó la situación subrayando que «en los últimos tres años, la economía mundial se ha enfrentado a dos enormes choques: la pandemia (…) y la guerra de Putin en Ucrania», que dañaron el crecimiento y dispararon los precios de la energía.
Sin embargo, en el Reino Unido el Brexit se suma a este cóctel «causando daños permanentes a la economía», hundiendo el comercio con la Unión Europea y dificultando la contratación de trabajadores procedentes del continente, según Michael Saunders, exreponsable del Banco de Inglaterra. «Sin el Brexit probablemente no estaríamos hablando de un presupuesto de austeridad», dijo el lunes a la agencia financiera Bloomberg.
– Más impuestos, menos ayudas –
El país verá regresar políticas de austeridad comparables a las adoptadas a raíz de la crisis bancaria de 2008, cuyas consecuencias aún se sienten, especialmente en la sanidad pública. Se tomarán decisiones «difíciles» pero necesarias, afirmó Sunak, asegurando que se hará «de una manera que sea justa y compasiva».
«Pediremos a las personas que más tienen que contribuyan más», subrayó Hunt.
Los patrones de los grandes supermercados británicos publicaron el martes una carta abierta en la que instaban al gobierno a ampliar el programa de comidas escolares gratuitas a todos los niños de las familias desfavorecidas.
Se espera que el ejecutivo actualice las pensiones y las prestaciones sociales en línea con la inflación.
Como contrapartida, debe permitir a las administraciones locales que suban los impuestos municipales para financiar la ayuda social y congelará algunos umbrales impositivos, especialmente sobre la renta.
Esto hará que más hogares paguen impuestos, al pasar a un tramo superior gracias a sus subidas salariales, aunque estas sean inferiores a la galopante inflación, del 11,1% interanual en octubre, perdiendo poder adquisitivo en términos reales.
El recorte del gasto público podría traducirse también en la pérdida de ayudas parentales para un tercio de hogares.
Por su parte, los gigantes energéticos, que registran beneficios récord gracias a la disparada de los precios a raíz de la guerra de Ucrania, deberán pagar un nuevo impuesto excepcional, superior probablemente al 25% de los beneficios instaurado en mayo, que incluye sin embargo grandes exenciones.
Tras registrar un decrecimiento de 0,2% del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre, la economía británica se ve abocada a una inevitable recesión -definida técnicamente como dos trimestres consecutivos de contracción- que según el Banco de Inglaterra podría durar hasta mediados de 2024 y ser la más larga de su historia.
AFP