Hamás informó este lunes de más de 24.000 muertos en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra con Israel desencadenada tras el ataque del 7 de octubre del movimiento islamista palestino, un conflicto que ha provocado una onda de choque en toda la región.
Los bombardeos de EE.UU. contra los rebeldes hutíes en Yemen, afines a Irán, por sus ataques en el mar Rojo también han acentuado el temor a una escalada del conflicto más allá de la Franja de Gaza.
La guerra entre Israel y Hamás estalló tras el ataque sin precedentes del grupo islamista en suelo israelí, donde murieron unas 1.140 personas, sobre todo civiles, según un recuento de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Unas 250 personas fueron secuestradas, y 132 siguen cautivas en Gaza, según las autoridades israelíes.
Israel prometió «aniquilar» a Hamás, en el poder en el enclave, y desde entonces bombardea sin cese el territorio, bajo un férreo asedio. Unas 24.100 personas, mayoritariamente mujeres y menores, han fallecido, según indicó el lunes el ministerio de Salud del movimiento.
«Más de 60 mártires y decenas de heridos en las nuevas masacres cometidas esta noche y de madrugada por las fuerzas de la ocupación», afirmó la oficina de prensa del gobierno de Hamás, mencionando «intensos» bombardeos en la Franja.
Dos hospitales, una escuela y «decenas» de viviendas fueron alcanzadas, agregó.
El ejército israelí indicó que sus fuerzas habían atacado a «dos terroristas que cargaban armas en un vehículo» en Jan Yunis, la principal ciudad del sur de Gaza, y «un centro de mando de Hamás».
Según un comunicado de Hamás, los bombardeos tuvieron lugar en Jan Yunis y Rafah, en el extremo sur del territorio, donde el ejército israelí concentra ahora su ofensiva.
Tras más de tres meses de conflicto, el exiguo territorio vive en condiciones extremas, con escasez de comida, medicinas y carburante. Según la ONU, 1,9 millones de los 2,4 millones de habitantes han tenido que abandonar sus casas.
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«No hay comida ni agua ni calefacción. Nos morimos de frío», dice Mohammad Kahil, un desplazado del norte del enclave instalado ahora en Rafah.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, declaró que la población de Gaza vive «en un infierno».
Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la OMS advirtieron en un comunicado conjunto sobre «el riesgo de hambruna» y de «epidemias de enfermedades mortales» en la Franja de Gaza, y urgieron «cambios fundamentales» en el envío de ayuda humanitaria, entre ellos abrir nuevos puntos de entrada, «más seguros y rápidos».
AFP