Las Fuerzas Armadas de Ucrania denunciaron este viernes la situación que viven miles de civiles en la acería de Azovstal, situada en la ciudad de Mariúpol (sureste) y el intento de Rusia de continuar con el objetivo de controlar las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk.
“Los ocupantes rusos continúan bloqueando nuestras unidades en Mariupol, en la zona de la planta “Azovstal”, afirmó el portavoz de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Alexander Stupun.
Así, destacó que Rusia “continúa las acciones ofensivas en la zona de operación este con el objetivo de establecer un control total sobre el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk y mantener el corredor terrestre con la Crimea temporalmente ocupada”.
En un comunicado en su cuenta de Facebook, las fuerzas de Ucrania han denunciado que en “los territorios temporalmente ocupados, las tropas rusas siguen tomando medidas para restringir la circulación y detención de los locales y bloquean la carga humanitaria desde Ucrania”, agregando que “los invasores rusos” están robando a los campesinos de la zona.
Asimismo, aseguró que han derribado en la jornada del jueves quince objetivos aéreos rusos: “un avión, cinco misiles y nueve drones”.
Rusia continuó este viernes su ofensiva en las regiones orientales y meridionales de Ucrania un día después de bombardear Kiev durante la visita del secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
El primer bombardeo en la capital desde mediados de abril se produjo después de la visita de Guterres a Bucha y otras ciudades en la periferia de Kiev, escenario de presuntas atrocidades, donde pidió a Moscú “cooperar” con la Corte Penal Internacional a fin de “establecer las responsabilidades”.
El presidente ucraniano Volodimir Zelensky denunció que “cinco misiles” cayeron sobre Kiev. Estos ataques “dicen mucho sobre los esfuerzos de los dirigentes rusos para humillar a la ONU y a todo cuanto esta organización representa”, añadió.
Periodistas de AFP vieron un edificio en llamas, con una densa columna de humo negro escapándose por las ventanas rotas mientras policías y socorristas trataban de controlar la situación. Según los servicios de emergencia, diez personas resultaron heridas por el ataque.
Guterres quedó “conmocionado” pero “a salvo”, dijo un portavoz de Naciones Unidas, Saviano Abreu, y denunció que “esto ocurrió cerca de allí donde estábamos”.
El responsable del gabinete presidencial ucraniano, Andriy Yermak, pidió que se retire a Rusia el derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Llegado el jueves a Ucrania tras una visita a Moscú, Guterres se entrevistó con Zelensky y lamentó que el Consejo de Seguridad no haya podido impedir ni paralizar la guerra lanzada el 24 de febrero por Rusia.