Rusia perderá en los próximos años su posición de líder mundial en la exportación de energía por las consecuencias de su invasión a Ucrania y en particular por la reducción de las ventas de gas a Europa, su mercado tradicional, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su informe anual de perspectivas globales publicado este jueves, la AIE considera que las exportaciones de combustibles fósiles de Rusia nunca volverán a los niveles de 2021, y eso pese a su reorientación hacia los mercados asiáticos.
En términos globales, la AIE calcula que, de haber representado el pasado año un 20% de los intercambios internacionales de energía, su peso bajará al 13% en 2030 con las últimas políticas puestas en marcha tras el estallido del conflicto.
Buena parte del espacio que Rusia va a ceder en las ventas de combustibles fósiles pasará a ser ocupado por Estados Unidos y Oriente Medio, indica el documento.
El cambio es todavía más espectacular si se toma de forma aislada el gas, ya que de tener una cuota del 30% de las exportaciones mundiales en 2021 bajará al 15% a comienzos de la próxima década.
La razón es primer lugar es la voluntad de los países europeos de prescindir progresivamente del gas, y en particular del gas ruso.
Los autores del informe anticipan que la demanda de importaciones de gas natural en la Unión Europea pasará de 370.000 millones de metros cúbicos en 2021 a 230.000 millones anuales para 2030, a 140.000 millones para 2035 y 40.000 para 2050.
Y las procedentes de Rusia podrían tener un peso cada vez más marginal con las posibilidades de seguir abasteciéndose mediante los gasoductos que llegan desde los yacimientos noruegos y del Magreb, y de comprar gas natural licuado (GNL) que llega por barco desde diferentes países.
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