Con el objetivo de reforzar la seguridad, de cara a la toma de posesión del presidente electo, Joe Biden, el Servicio Secreto de Estados Unidos dividió a Washington D.C. en una gran “zona verde” y otra gran “zona roja”.
La medida busca blindar espacios como la Casa Blanca, el Capitolio, el Monumento a Lincoln y el National Mall, donde las multitudes suelen aglomerarse para observar las juramentaciones a través de pantallas gigantes.
Con la intención de evitar disturbios como los ocurridos el pasado 6 de enero, cuando simpatizantes del presidente Donald Trump tomaron por asalto la sede del Congreso, el Servicio Secreto ha decidido que a la “zona verde”, que incluye residencias, locales comerciales y estaciones de metro, sólo tendrán acceso usuarios, vecinos o comerciantes que hagan vida en el sector.
La “zona roja”, entretanto, demarcará un perímetro mucho más restringido, al que sólo tendrán acceso las personas y vehículos autorizados.
El dispositivo, activado este fin de semana, se mantendrá vigente hasta el 21 de enero, un día después de la juramentación.