Un tribunal federal de apelaciones permitió el miércoles que el Departamento de Justicia reanudara el uso de registros clasificados incautados de la residencia del expresidente Donald Trump en Florida como parte de su investigación criminal en curso.
El fallo de un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones del Undécimo Circuito de los EEUU equivale a una victoria abrumadora para el Departamento de Justicia, y allana el camino para que los investigadores continúen examinando los documentos mientras evalúan si presentar cargos penales por el almacenamiento de registros ultrasecretos en Mar-a-Lago después de que el expresidente Donald Trump dejara la Casa Blanca.
El tribunal también señaló deliberadamente que Trump no había presentado evidencia de que hubiera desclasificado los registros confidenciales, como ha sostenido repetidamente, y rechazó la posibilidad de que Trump pudiera tener un «interés individual o necesidad de» los aproximadamente 100 documentos marcados como clasificados.
El gobierno había argumentado que su investigación se había visto obstaculizada por una orden de la jueza federal de distrito Aileen Cannon que prohibía temporalmente a los investigadores continuar usando los documentos en su pesquisa. Cannon, una persona designada por Trump, había dicho que la retención permanecería en vigor hasta que un árbitro independiente que ella había designado a pedido del equipo de Trump la revisara por separado.
El panel de apelaciones estuvo de acuerdo con las preocupaciones del Departamento de Justicia.
«Es evidente que el público tiene un gran interés en garantizar que el almacenamiento de los registros clasificados no resulte en un ‘daño excepcionalmente grave a la seguridad nacional'», escribieron. «Verificar eso», agregaron, «implica necesariamente revisar los documentos, determinar quién tuvo acceso a ellos y cuándo, y decidir qué fuentes o métodos (si los hay) están comprometidos».
Una orden judicial que retrasó o impidió que la investigación penal «usara materiales clasificados corre el riesgo de imponer un daño real y significativo a los Estados Unidos y al público».
Dos de los tres jueces que emitieron el fallo del miércoles, Britt Grant y Andrew Brasher, fueron nominados para el 11° Circuito por Trump. El juez Robin Rosenbaum fue nominado por el ex presidente Barack Obama.
El mes pasado, el FBI incautó aproximadamente 11,000 documentos, incluidos unos 100 con marcas de clasificación, durante una búsqueda autorizada por la corte en el club de Palm Beach. Ha iniciado una investigación criminal sobre si los registros fueron mal manejados o comprometidos. No está claro si Trump o cualquier otra persona será acusada.
Voz de América