El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, arremetió contra las protestas lideradas por camioneros contra las reglas anticovid que paralizaron el centro de Ottawa y que han alentado movimientos similares en Francia o Nueva Zelanda.
La policía canadiense amenazó el miércoles con arrestar a los manifestantes que se unieron al bloqueo del puente Abassador que enlaza Windsor y la ciudad estadounidense de Detroit en solidaridad con los cientos de camiones que bloquean desde hace dos semanas la capital.
«Los bloqueos, las manifestaciones ilegales, son inaceptables y están impactando negativamente en negocios y fábricas», dijo Trudeau, ante la Cámara de los Comunes. «Tenemos que hacer todo para que se terminen», añadió.
«No podemos terminar la pandemia con bloqueos (…) Necesitamos terminarla con ciencia. Necesitamos terminarla con medidas de salud pública», insistió.
El llamado «Convoy de la libertad» comenzó en enero en el oeste canadiense impulsado por camioneros que rechazan la vacunación obligatoria o ser examinados para atravesar la frontera con Estados Unidos. Pero luego el movimiento derivó a una protesta más amplia contra todas las medidas sanitarias anticovid.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que las autoridades estadounidenses estaban «en contacto muy estrecho» con las agencias fronterizas canadienses por el bloqueo del puente y advirtió de un «riesgo para las cadenas de suministro» y la economía de ambos países.
Más de 40.000 viajeros, turistas y camioneros que transportan mercancías por un valor de 323 millones de dólares estadounidenses atraviesan ese puente a diario.
Decenas de cámaras de comercio y asociaciones industriales de Canadá y Estados Unidos exigieron que se despeje el puente.
«A medida que nuestras economías emergen de los impactos de la pandemia, no podemos permitir que ningún grupo socave el comercio transfronterizo», dijeron.
– Imitadores –
A pesar de las advertencias, la protesta sigue viva y se extiende incluso al extranjero, con movimientos similares lanzados en Nueva Zelanda, Nueva York o Francia.
El jueves, en el centro de Wellington, agentes de policía y manifestantes antivacunas protagonizaron enfrentamientos enfrente del Parlamento neozelandés, que terminaron con una docena de detenidos.
Y en Francia, miles de manifestantes inspirados por los camioneros canadienses planean converger en París en viernes por la noche, con algunos de ellos dispuestos a trasladarse hacia Bruselas el lunes.
La policía parisina actuó el jueves para evitar la protesta, señalando que prohibiría los llamados «convoyes de la libertad» desplegándose en grandes carreteras para que no sean bloqueadas y amenazando a quien lo intente con multas o detenciones.
En la cuna de este movimiento, en el centro de Ottawa, se respiraba la noche del miércoles un ambiente de desafío y celebración.
«No nos vamos a ningún lado», aseguraba el camionero John Deelstra, sonriendo tras el volante de su vehículo, que lleva aparcado allí desde el primer día de protestas.
No lejos de él, Lloyd Brubacher, camionero procedente de Ontario, mostraba la misma convicción. «No me iré a ningún lado», decía dispuesto a «luchar hasta el final».
«Esta es una situación dramática que está afectando el bienestar de la relación de Canadá con Estados Unidos y tiene un impacto enorme en la forma en que las empresas pueden llevar a cabo sus operaciones», declaró a la AFP el profesor de la Universidad de Ottawa, Gilles LeVasseur.
– «Bloqueo económico ilegal» –
Todavía quedaban unos 400 vehículos aparcados enfrente de las oficinas del primer ministro canadiense, en medio de barbacoas, fogatas y música.
Prohibidos por la justicia de usar sus bocinas tras las protestas de residentes, los manifestantes hacen rugir ahora sus motores, llenando el centro de Ottawa con gases de diésel.
Los gritos de alarma se multiplican desde los sectores económicos.
El presidente de la Asociación Canadiense de Fabricantes de Vehículos, Brian Kingston, advirtió que el bloqueo del puente Ambassador estaba «amenazando las frágiles cadenas de suministro que ya estaban bajo presión».
Las autoridades señalaron que 5.000 trabajadores en Windsor fueron enviados antes a casa el martes por el bloqueo y que varias plantas de ensamblaje se estaban preparando para cerrar porque no llegaban las piezas.
Michelle Krebs, analista de la firma Autotrader en Detroit, explicó que esas plantas dependen de las entregas oportunas de piezas a través de ese puente colgante.
El sector automotriz «es una parte significativa de la economía» y que se ha visto afectado en el último año, alertó.
Por su parte, el ministro canadiense de Transportes, Omar Alghabra, advirtió de «serios peligros» por este «bloqueo económico ilegal contra todos los canadienses».
AFP