Ucrania rechazó el lunes el ultimátum ruso para entregar la asediada ciudad portuaria de Mariúpol, mientras en la capital ucraniana un bombardeo mató a al menos seis personas.
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En el plano diplomático, el presidente estadounidense Joe Biden anunció que visitará Polonia el viernes para abordar la crisis generada tras la invasión rusa de Ucrania.
La vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, rechazó el ultimátum ruso y exigió a Moscú abrir corredores humanitarios para facilitar la salida de unas 350.000 personas atrapadas en la ciudad.
«No se puede hablar de entregar armas. Ya informamos de esto a la parte rusa», declaró al diario Ukrainska Pravda.
«Es una manipulación deliberada y una auténtica toma de rehenes», añadió.
Rusia dio la noche del domingo un ultimátum a las autoridades ucranianas para que las fuerzas de Mariúpol se rindieran antes del lunes.
«Llamamos a las unidades de las fuerzas armadas de Ucrania, batallones de defensa territorial y mercenarios extranjeros a detener las hostilidades, deponer sus armas», dijo Mikhail Mizintsev, jefe del Centro Nacional de Control de Defensa de Rusia.
Mariúpol, un puerto estratégico en el sureste, ha sido uno de los principales blancos de los ataques rusos. La ciudad es una conexión entre las fuerzas rusas en la península de Crimea y los territorios bajo control ruso en el norte y este de Ucrania.
Mariúpol ha sufrido intensos bombardeos rusos desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero.
Un diplomático griego que permaneció en Mariúpol durante algunos de los bombardeos comentó que la destrucción es uno de los peores asaltos a una ciudad en tiempos de guerra.
«Mariúpol pasará a engrosar la lista de ciudades del mundo completamente destruidas por la guerra, como Guernica, Stalingrado, Grozni o Alepo», declaró Manolis Androulakis a periodistas en el aeropuerto de Atenas. AFP