Comenzaron a emerger los contornos de un acuerdo que convertiría al líder republicano Kevin McCarthy en el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, luego de tres días agotadores y 11 votaciones fallidas, en un espectáculo político que no se había visto en un siglo.
El proceso ha dejado a los republicanos en medio del caos y ha expuesto nuevamente la fragilidad de la democracia estadounidense.
La Cámara de Representantes volverá a sesionar el viernes, con los republicanos tratando de elegir a su nuevo presidente de la cámara baja, esta vez, teniendo como telón de fondo el segundo aniversario del fatal asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. El ataque fue una inimaginable escena caótica que sacudió al país cuando una muchedumbre de partidarios del entonces presidente Donald Trump trató de impedir que el Congreso certificara la derrota electoral del republicano en 2020.
McCarthy no hizo promesas sobre una votación final que le asegure el cargo de presidente de la cámara baja, pero estaban surgiendo destellos de un acuerdo con al menos algunos de los congresistas de ultraderecha que le han negado su apoyo. “Estamos avanzando”, aseguró McCarthy el jueves por la noche, ante las preguntas sobre el largo y desordenado proceso. “Lo importante no es cómo empieza, sino cómo termina”, agregó.
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