El huracán Fiona descargó lluvias torrenciales en la República Dominicana y dejó una persona muerta el lunes después de provocar grandes inundaciones en Puerto Rico y apagones generalizados en ambas islas del Caribe.
La tormenta se fortaleció a un huracán de categoría dos el lunes por la noche, dijo el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EEUU, que pronosticó lluvias continuas y posibles nuevas inundaciones catastróficas durante la noche tanto en Puerto Rico como en el este de República Dominicana.
Las alertas rojas estaban vigentes en siete de las 32 provincias de la isla, frente a las 18 del día anterior, con más de 12.000 personas refugiadas en áreas seguras, según los servicios de emergencia.
Un hombre murió en la tormenta mientras cortaba un árbol en su casa como medida de precaución, dijeron las autoridades, sin dar más detalles.
Varias carreteras quedaron inundadas o cortadas por la caída de árboles o postes eléctricos en los alrededores del balneario dominicano de Punta Cana, donde se cortó el suministro eléctrico, dijo un periodista de la AFP en el lugar.
El presidente Luis Abinader declaró tres provincias orientales como zonas de desastre: La Altagracia, donde se encuentra Punta Cana, El Seibo y Hato Mayor.
Las imágenes de los medios locales mostraron a los residentes de la ciudad de Higüey, en la costa este, con el agua hasta la cintura, tratando de salvar sus pertenencias personales.
“Pasó a gran velocidad”, dijo a la AFP Vicente López, en la playa Punta Cana de Bibijagua, lamentando los negocios destruidos en la zona.
Fiona tenía vientos máximos sostenidos de 100 millas por hora (155 kilómetros por hora), según el NHC, que esperaba que se fortaleciera el martes a una tormenta de categoría tres, convirtiéndose en el primer gran huracán del Atlántico de esta temporada.
Después de pasar cerca de las Islas Turcas y Caicos el lunes por la noche o la madrugada del martes, se espera que la tormenta siga hacia el norte más adelante en la semana, hacia el océano, aunque podría acercarse peligrosamente a las pequeñas Bermudas.
En Puerto Rico, donde la lluvia aún caía a cántaros, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, declaró el estado de emergencia y autorizó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias a brindar asistencia.
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