Muchos británicos tenían dificultades para llegar al trabajo este martes, el primer día de una huelga ferroviaria en el Reino Unido que marca el inicio de varias acciones sindicales para protestar contra la inflación.
Según el sindicato RMT, 40.000 de sus miembros que trabajan en la red Network Rail y en 14 compañías ferroviarias participan en la huelga, que comienza el martes pero continuará el miércoles, el viernes y el sábado, así como cuatro días en enero. Se espera que solo circulen el 20% de los trenes.
Solo en octubre ya se han perdido 417.000 jornadas laborales por conflictos sociales, el nivel más alto desde noviembre de 2011, según la Oficina Nacional de Estadística (ONS).
Además de los trabajadores ferroviarios, los guardias de seguridad de los trenes Eurostar con destino al continente europeo y los policías de fronteras que controlan los pasaportes en los aeropuertos también irán a la huelga en los próximos días, lo que obligará al gobierno a desplegar personal militar para realizar los controles.
También se verá afectado el sector sanitario, donde las enfermeras harán una huelga sin precedentes el jueves y el 20 de diciembre, a la que se unirán los conductores de ambulancias y sectores de la administración, así como el sector privado.
«La prioridad económica número uno del gobierno es controlar la inflación, (…) para que la gente pueda hacer frente al coste de la vida», declaró el martes el ministro de Transportes, Mark Harper, en la radio Times, recordando que el ejecutivo ha proporcionado «ayudas considerables» a los hogares para compensar la subida de los precios de la energía.
AFP