Decenas de venezolanos, que se encuentran en albergues en el estado Tachira, denuncian que se encuentran en estado de hacinamiento y la sobrepoblación impide que quienes llegaron al país, pasen el confinamiento en buenas condiciones.
El mal estado de la comida es otra de las denuncias que a diario realizan estos ciudadanos.
El obispo de la diócesis de Barinas, Rufo Montilla, comunicó al obispo de San Cristóbal, Mario Moronta, la situación en que se encuentra él junto con los demás venezolanos. «La comida es dos veces al día. Creo que una hostia de las grandes para consagrar es más grande que las arepas que le dan a la gente. Destacaba que la comida repartida el domingo lamentablemente no estaba en óptimas condiciones. La pasta estaba podrida, estaba picha, las arvejas tenían como gusanos. Manifestó sentirse preocupado por los niños porque ni agua para tomar hay aquí», indicó Montilla.
Ciudadano afirman que ademas de la comida en malas condiciones no hay control dentro de la instalación, que aunque cada quien tiene un salón asignado para dormir, en las áreas comunes se aglomeran las personas sin que alguien ponga orden o de indicaciones sobre la importancia del distanciamiento social.
Los vecinos de las inmediaciones afirman escuchar gritos de los connacionales pidiendo agua, diciendo «tenemos hambre, queremos agua» y entonando las letras del Himno Nacional para llamar la atención de quienes están cerca del sitio.