El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos, Carlos Albornoz, informó que la vacuna para la fiebre aftosa no ha llegado y que Venezuela es el único país del continente que no está libre del virus. “Eso nos limita para acceder a mercados internacionales. Se requiere mucha vigilancia epidemiológica para controlarlo. Hemos fallado en su aplicación, que ya supera los 19 años en el país. Estuvimos cerca del objetivo”, expresó.
Añadió que se requieren no menos de 20 millones de vacunas al año para combatir la fiebre aftosa. Para traerlas es necesario llevar a cabo una serie de cálculos. “Tenemos que ver dónde pueden estar las plantas, cuántas neveras pudieran precisarse porque es una vacuna que viene refrigerada, qué vehículos las transportarían, en fin, una cantidad de cosas que hay que levantar en un país donde en muchas partes no hay luz, gasolina ni gasoil”.
Aseguró que tampoco hay otra cantidad de vacunas que se deben aplicar en el rebaño, pero por varios motivos no se está usando. Uno de ellos es el costo, casi todos son productos importados. “En su gran mayoría no las producimos en Venezuela. Eso hace que los costos se eleven de una manera muy importante”, dijo.
Indicó que el rebaño venezolano vale una cuarta parte menos que en Colombia o en otro país de América del Sur. “Eso hace que nosotros seamos poco competitivos para poder adquirir algunas inversiones que necesitamos hacer en cuanto al tema sanitario”.
A menos de 15 días para el cierre del ciclo de vacunación obligatoria contra la aftosa, los productores pecuarios venezolanos están a la espera de la dosis para aplicarlas a sus rebaños.
Leonardo Figueroa, presidente de la Asociación de Ganaderos del Táchira, consideró delicada la situación. Indicó que son pocos los ganaderos que han podido cubrir el ciclo porque es mínima la cantidad del producto que han conseguido para tal fin.
“La vacuna ofrecida por un laboratorio –4,5 millones de unidades– no ha salido al mercado. La prometieron para finales de mes. Tampoco ha llegado vacuna importada. Los trámites se están haciendo a través de la Federación Nacional de Ganaderos y Panaftosa/OMS (Centro Panamericano de Fiebre Aftosa), y Brasil nos dotaría de 7 millones a 8 millones de dosis. Sin embargo, esto todavía no se ha concretado, lo que es preocupante si no logramos cumplir con el ciclo de vacunación obligatoria”, recordó Figueroa.
Asogata calcula en 9 millones de animales el rebaño nacional, por lo que un brote de aftosa provocaría fuertes pérdidas.
La escasez de vacunas para las aves de engorde y ponedoras es similar al de las reses. Rafael Moreno, directivo de la Asociación Avícola del Táchira, señaló que es sumamente difícil conseguir vacunas y medicinas, y cuando las encuentran los precios son impagables.
“Lo que costaba 500 bolívares ahora cuesta 50 millones de bolívares. No hay medicina para la avicultura, para pollos de engorde ni para las ponedoras. En Colombia se consigue, pero no es constante porque también hay fallas y es demasiado caro”, afirmó Moreno.