Tal y como ocurre cada 15 de enero, los educadores venezolanos conmemoraron el Día del Maestro. Sin embargo, este año lo hicieron en medio de una emergencia humanitaria compleja que ha frustrado sus posibilidades.
En la actualidad, cualquier docente que pertenezca al sistema público percibe un salario mínimo inferior a un dólar. Por ello, los miembros del magisterio requieren casi 28 salarios mínimos para comprar los productos de la cesta básica.
El triste escenario, que ha empeorado a raíz de la pandemia por Covid-19, ha dejado a los maestros de las escuelas y liceos públicos en medio de un estado de vulnerabilidad, que les ha obligado a migrar a la educación privada o a dedicarse a otras actividades.
“Todos los días, los colegas deben buscar alternativas económicas formales e informales para poder sobrevivir, pues están en la pobreza y la miseria”, afirmó Gustavo Velazco, secretario del Colegio de Licenciados del estado Táchira.
En sus declaraciones, el dirigente gremial añadió que, hoy en día, “no existe una carrera docente”. “No se cumple con el reglamento del ejercicio de la carrera, al no contar con ingresos y ascensos”, explicó el profesor.
Según Velazco, tanto él como sus colegas han quedado sin seguros médicos y sin créditos hipotecarios para vehículos o viviendas. “Esta situación es insostenible y, de no solventarse, habrá una estampida de renuncias”, advirtió.