Es improbable que prospere la reciente solicitud del presidente colombiano Iván Duque a su par estadounidense Joe Biden para que designe a Venezuela como un Estado promotor del terrorismo, debido a que esa decisión enturbiaría las negociaciones en marcha entre el gobierno de Nicolás Maduro y sus opositores con mediación internacional, opinan analistas.
El mandatario colombiano consideró este lunes que la “anuencia” del poder ejecutivo de Maduro, al que llamó “régimen dictatorial”, ante la presencia de líderes y militantes guerrilleros disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en territorio venezolano “amerita una declaratoria” de Venezuela como un “país promotor del terrorismo”.
Según Duque, movimientos rebeldes, como el Grupo Armado Residual 33, y los líderes guerrilleros “Iván Márquez”, “Romaña” y “El Paisa” estarían protegidos en Venezuela. Sus declaraciones, en un seminario de análisis y prevención del terrorismo urbano al cual acudió el embajador estadounidense en Colombia, Philip Goldberg, tuvieron una respuesta inmediata del gobierno de Maduro.
“No sea tan cínico. Usted está al frente de un narcogobierno exportador de drogas y violencia, una fábrica de terroristas en el poder que ha liquidado la opción de la paz interna y envía mercenarios para generar violencia y asesinar presidentes”, le escribió en Twitter el canciller venezolano Jorge Arreaza.
El inventario de Estados patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado norteamericano solo incluye a un puñado de países: Corea del Norte, Irán, Sudán y Cuba, que volvió a la llamada “lista negra” en los últimos días de la administración Trump luego que Barack Obama le retirara de ella en 2015.
Venezuela exhibe “características” que compaginan con la figura de un Estado protector del terrorismo, como la permanencia de guerrilleros en su territorio, aunque en ningún caso parece viable una designación como la que solicita Duque, opina el experto en asuntos internacionales, Juan Francisco Contreras.
“Quien protege al terrorismo, es terrorista. Es una lógica muy simple. La situación perfectamente podría asimilarse, pues viven aquí y prácticamente nadie hace nada por sacarlos, pero esa clasificación tiene implicaciones políticas cuando, en los últimos meses, se busca un acuerdo político para superar el caos que se vive en Venezuela”, advierte en entrevista con la Voz de América.
Los Estados promotores del terrorismo se encuentran al margen de la legalidad internacionales y pueden aterrizar dentro de la categoría de “forajidos”, incluso, explica Contreras, quien preside el Colegio de Internacionalistas en Venezuela.
Subraya que hay gobiernos que, aún con designaciones o informes peyorativos en asuntos de relevancia, como los derechos humanos, participan activa y libremente en organismos internacionales que persiguen velar precisamente por esas materias. Es el caso de Cuba, China, Rusia y Venezuela, señala.La declaratoria de Venezuela en el sentido que exige Duque significaría que la Casa Blanca estaría dando su visto bueno a un diálogo formal con un Estado terrorista, y eso, es improbable, opina Contreras. Félix Gerardo Arellano, docente y analista de asuntos internacionales en Venezuela, secunda esa noción.
“No veo el caso de la solicitud del presidente colombiano fácil de avanzar. Me llama la atención que no avanzó en el mejor momento, que era con Donald Trump, con su equipo radical, belicista y no dieron ese paso”, dice a la VOA.
Arellano cree que la demanda del presidente colombiano sobre Venezuela ocurre en una coyuntura donde el partido demócrata da signos de divisiones sobre temas como Venezuela, Cuba y sanciones internacionales.
Observa que en la Casa Blanca y en el Departamento de Estado predomina un equipo “menos radical” que en los tiempos de Trump. “El secretario de Estado (Antony Blinken) es equilibrado y prudente. No creo que se atreva a una decisión que va a bombardear el esfuerzo de promover una negociación seria, con compromisos concretos, plazos, muy unidos a la Unión Europea”, acota.
Carlos Romero, politólogo y especialista en relaciones internacionales, valora la propuesta de Duque como “una provocación que en nada contribuye a la paz mundial, regional, y que fortalece, desafortunadamente, la tendencia de disgregación que han tenido los gobiernos latinoamericanos” en otros temas, como la economía, la diplomacia y el concurso unitario en foros mundiales.
Romero, en conversación con la Voz de América, difiere de la concepción de que Venezuela encaja en el perfil de un Estado promotor del terrorismo. “Tampoco creo que está lejos (de esa designación). Está a mitad de camino, pero creo que calificar a Venezuela en este momento como terrorista tiene enormes consecuencias negativas para todos los países de esta región”, apunta.
Como Arellano y Contreras, el experto venezolano descarta de plano que Biden esté considerando seriamente atender positivamente a la petición de Duque.
“Considerar a Venezuela como promotor de terrorismo es ya una fase superior de desencuentros entre Colombia y Venezuela”, advierte.
Voz de América