El ataque ocurrido la madrugada del miércoles 1 de enero de 2025 en el Barrio Francés de Nueva Orleans, que dejó 10 muertos y más de 30 heridos, continúa suscitando respuestas desde diferentes sectores políticos de Estados Unidos.
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El presidente electo, Donald Trump, condenó el ataque y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. Además, culpó a los inmigrantes por el hecho, que está siendo investigado como un posible acto terrorista.
«Los criminales que vienen (del extranjero) son mucho peores que los criminales que tenemos en nuestro país», afirmó Trump, al tiempo que prometió apoyo total para la investigación y recuperación de Nueva Orleans.
Trump también recordó a las «víctimas inocentes» del ataque, incluidos los agentes de policía heridos, y calificó el incidente como «un acto de pura maldad».
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Por su parte, el presidente saliente, Joe Biden, rechazó cualquier tipo de violencia y enfatizó la necesidad de una respuesta contundente. «No cabe ninguna justificación para la violencia de ningún tipo, y no vamos a tolerar ataques contra ninguna comunidad de nuestra nación», señaló.
Biden ordenó que todos los recursos disponibles a nivel federal, estatal y local sean desplegados para esclarecer lo ocurrido y garantizar que no exista una amenaza adicional.
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Funcionarios como el secretario de Seguridad Interior, Ali Mayorkas; la vicefiscal general, Lisa Monaco; y la asesora de Seguridad Nacional, Liz Sherwood-Randall, están coordinando esfuerzos con la alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, para apoyar a las autoridades locales en esta situación