Un jurado de Florida absolvió este jueves a un policía acusado de no intervenir para detener una matanza perpetrada en una escuela de Parkland, al norte de Miami.
Scot Peterson, de 60 años, era el oficial encargado de proteger el centro Marjory Stoneman Douglas el 14 de febrero de 2018, cuando un exalumno, Nikolas Cruz, mató a tiros a 14 alumnos y tres adultos.
En el cuarto día de deliberaciones, el jurado dictaminó que el agente no era culpable de múltiples cargos entre estos negligencia y perjurio.
La Fiscalía acusaba a Peterson, un policía con más de 30 años de experiencia, de no haber cumplido con las consignas en caso de tiroteo activo.
Tras oír los disparos cerca del edificio donde ocurrió el tiroteo, el agente se alejó para buscar refugio y llamar refuerzos en lugar de entrar y confrontar a Cruz, como se les exige a los policías en estos casos.
Peterson siempre alegó que no había entrado al lugar de la masacre porque no sabía de dónde procedían los disparos. Cuando el policía llegó al edificio, Cruz ya había matado a 13 personas y herido a otras 14.
Tras conocer el veredicto este lunes, el acusado rompió a llorar. «Recuperé mi vida», dijo a la prensa poco después, al abandonar el tribunal.
Su abogado, Mark Eiglarsh, aseguró que no era sólo una victoria para su cliente, sino también para «todos los agentes de la ley».
El caso de Peterson suscitó mucho interés en Estados Unidos porque podría haber sentado un precedente. Según la asociación estadounidense de agentes asignados a escuelas (Nasro), nunca antes se había inculpado a policías por su inacción durante un tiroteo o un acto violento en una escuela.
Manuel Oliver, cuyo hijo Joaquín, de 17 años, fue asesinado en Parkland, expresó su enfado por las reacciones de Peterson y Eiglarsh tras conocerse el veredicto. Peterson «obviamente cometió un error y tiene que rendir cuentas», dijo.
El tiroteo de Parkland, una de los peores matanzas escolares de la historia estadounidense, conmocionó a todo el país y reavivó el debate sobre el control de armas.
Cruz había podido comprar legalmente el fusil semiautomático que usó en Parkland pese a tener problemas de salud mental. Un tribunal lo condenó el año pasado a cadena perpetua.
AFP