Joe Biden, el mandatario de EE.UU. solicitó un presupuesto de 7,3 billones de dólares para el año fiscal 2025 y explicó cuáles serán sus prioridades de gastos públicos; ese monto tiene pocas posibilidades de ser promulgado por el Congreso, dividido políticamente.
La propuesta de Biden fue promocionada mientras viajaba a New Hampshire para convencer a los estadounidenses de su plan de aumentar los impuestos a los ricos y resaltar sus valores y prioridades para atraer a los votantes en un estado indeciso clave.
Durante una visita a Goffstown, Biden se alineó con su discurso sobre el Estado de la Unión de la semana pasada para mostrar en qué se diferencia de su principal rival, el expresidente Donald Trump. Hablando el lunes en la YMCA, en un centro comunitario administrado por organizaciones benéficas, abordó temas políticamente sensibles: la atención médica y las pensiones para los ancianos.
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«Incluso esta mañana, Donald Trump dijo que los recortes a la Seguridad Social y Medicare están sobre la mesa de nuevo», dijo, y agregó: «Nunca voy a permitir que eso suceda».
El presupuesto de Biden para el año fiscal, que comienza el 1 de octubre, plantea impuestos marcadamente más altos a las corporaciones y a las personas adineradas y más asistencia para las personas de ingresos bajos y medios para ayudarlos a pagar los altos costos de vivienda y cuidado infantil.
El plan del presidente aumentaría la tasa del impuesto corporativo del 21 % al 28 %, impondría un aumento de la tasa a las personas que ganan más de 400.000 dólares al año y obligaría a aquellos con más de 100 millones en riqueza a pagar al menos un impuesto sobre la renta del 25 %.
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«Soy un capitalista, hombre», dijo Biden el lunes en New Hampshire. «Gane todo el dinero que quiera, simplemente comience a pagar su parte justa de impuestos».
Al mismo tiempo, Biden quiere aumentar la autoridad del gobierno para negociar con las compañías farmacéuticas para reducir el costo de los precios de los medicamentos.
VOA