El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, retiró este martes la postulación de Neera Tanden como directora de presupuesto de la Casa Blanca tras el rechazo de senadores clave a su figura, en lo que constituye la primera derrota del presidente en sus designaciones de gabinete.
«Acepté el pedido de Neera Tanden de retirar su nombre como candidata a Director de la Oficina de Gestión y Presupuesto», dijo Biden en un comunicado. «Tengo el mayor respeto por su historial de logros, su experiencia y sus consejos, y espero tenerla en algún puesto en mi administración», agregó.
Tanden, de 50 años, que dirige un grupo de análisis progresista, dijo al presidente en una misiva que se retiraba porque no quería que el debate sobre su nominación fuera «una distracción de sus otras prioridades».
Tanden no tenía suficiente apoyo después de que un senador demócrata y varios republicanos moderados dijeron que no la confirmarían en el cargo.
Desde el anuncio de su nominación, Neera Tanden fue objeto de críticas: los republicanos dijeron estar indignados por antiguos comentarios suyos contra senadores mientras que algunos demócratas cercanos a Bernie Sanders la consideraron demasiado centrista.
Varios otros nominados por Biden fueron confirmados en sus puestos con el apoyo de ambos partidos, incluido el secretario de Estado Antony Blinken y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Este martes se confirmaron otros dos cargos: la presidenta del Consejo de Asesores Económicos, Cecilia Rouse, primera persona negra en ocupar el puesto; y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.
El papel de los moderados
Pero el revés de Tanden se produce en medio de un creciente reconocimiento de que el poder político sustancial ahora está en manos de los moderados, y de uno en particular: el demócrata del Senado Joe Manchin, quien se opuso a Tanden.
El jefe de la bancada republicana Mitch McConnell y su homólogo demócrata Chuck Schumer han sido durante mucho tiempo los agentes del poder en el Senado.
La Cámara Alta está dividida en 50 bancas para cada lado, por lo que el voto de la vicepresidenta Kamala Harris desempata a favor del oficialismo. Pero el foco de atención se ha desplazado hacia los demócratas más centristas, que pueden inclinar la balanza contra el presidente.
Manchin, de 73 años, de West Virginia, que lidera ese sector, anunció la semana pasada que no iba a apoyar a Tanden.
A falta de ese voto, la Casa Blanca cortejó sin suerte a los republicanos, incluyendo a las moderadas Lisa Murkowski y Susan Collins.
La senadora Kyrsten Sinema, de Arizona, otra demócrata moderada, se unió a Manchin en el centro de atención.
Con el Senado dividido en partes iguales, Biden necesita que estos nuevos agentes del poder, y el resto de los demócratas, se mantengan unidos para votar las nominaciones y los proyectos de ley clave si ellos no cuentan con ningún apoyo republicano.
Por ejemplo, ningún republicano expresó respaldo al paquete de ayuda para enfrentar la pandemia por un monto de 1,9 billones de dólares, que el Senado considera esta semana bajo la reglas de reconciliación presupuestaria que permiten su aprobación por mayoría simple de 51 votos (en lugar de 60).
Y McConnell espera poder bloquear lo que calificó de «propuesta salvajemente cara».
Si los demócratas se mantienen unidos, el paquete será aprobado. Pero Manchin y Sinema se opusieron a un artículo del proyecto para elevar el salario mínimo a 15 dólares la hora, algo que Biden prometió en la campaña.
Al ser eliminado ese artículo de la iniciativa, pues era incompatible con las reglas de reconciliación presupuestaria, es probable que el paquete sea aprobado. «Tendremos los votos necesarios para aprobar el proyecto», aseguró Schumer.
Pero quizás otras iniciativas y prioridades demócratas tengan más dificultades en el Senado.
Con información de AFP